El Pastor Kouroush dirige una iglesia online en Irán. Además de los tiempos de enseñanza en grupo, Kouroush trabaja con los creyentes de forma personal. En su blog, Kouroush comparte acerca de la hermana Salomeh*, quien aprendió a amar al marido al que se vio obligada a casarse, por tal de vivir cerca del Señor.
Me acuerdo muy bien de la primera vez que me llamó Salomeh. Había encontrado nuestra iglesia online y me contactó. Lloraba y lloraba. Le pregunté: «Querida hermana, ¿qué te pasa?» «Voy a morir», dijo ella entre sollozos, y añadió: «sé que Dios no aprueba el suicidio. ¡Pero no veo otro camino!»
Cuando Salomeh se hubo calmado un poco, me contó cómo se había convertido en cristiana, de lo que hacía muy poco tiempo. Su vida había cambiado su vida, pero no todo paral bien. Al menos así fue como lo vio ella misma en ese momento. Antes de llegar a ser creyente, sus padres la habían obligado a casarse con un hombre al que no amaba, ni él la amaba a ella. Ella no le importaba a él como persona; a él sólo le importaba que cocinase su cena, limpiase su casa y le diese hijos.
Justo antes de que Salomeh se convirtiera a Cristo, había dejado a su marido. «Pero ahora estoy de nuevo viviendo con él», me dijo con dolor en su voz. «En la Biblia leí que no es bueno divorciarse, que debes amar a tu marido. Así que volví a él, pero no sé cómo amarle. No está tratándome bien y ama a otras mujeres, no a mí».
Era una situación difícil. No era una algo que se pudiese cambiar en una noche. Yo sabía que Salomeh tenía un largo camino por delante. No sería fácil perdonar a su marido, y mucho menos amarle. Pero yo sabía que si ella vivía cerca de Jesús, sí era posible. Invité a Salomeh a unirse a nuestra iglesia online para que ella pudiera aprender más acerca de Él y de cómo compartir su fe con otros creyentes.
En el siguiente año y medio, vi a Salomeh crecer en la fe. Asistió a los estudios bíblicos online y hablamos por teléfono durante horas. Me dijo que su marido estaba en contra de su fe, pero también que ella intentaba ser una buena esposa para él. «¿Realmente quieres cambiar, Salomeh?» le pregunté. «Sí», dijo ella. «Entonces perdónale. No trates de cambiarte a ti misma, deja que Jesús te cambie desde el interior”.
Hace unos días, Salomeh me llamó. «Amo a mi marido», me contó con entusiasmo. «Por fin lo siento. Le amo y no quiero perderle. «Vivir con Jesús había cambiado a Salomeh. Me contó que trata de mostrarle a su marido que le ama siempre que puede. «¡Y puede sentirlo, según él!»
Ahora, solo hace unas horas, Salomeh me envió un mensaje por Whatsapp y estoy tan emocionado por ello… «Tengo buenas noticias. Mi marido ha empezado a leer la Biblia». ¡Aleluya! ¿No es increíble ver a Dios en acción?
Nombres cambiados por razones de seguridad
Fuente: PuertasAbiertas.org