Salmo 139: Dios conoce todo de ti

Salmo 139

Dios es nuestro Creador, nos conoce aun antes de nacer, conoce lo más profundo de nuestro ser, desde nuestro corazón, nuestras emociones, nuestros pensamientos. Nadie nos conoce tanto como Él, ni siquiera nosotros mismos.

Demos gracias porque no solo nos conoce, sino que también nos ama, nos cuida y nos guía. Veamos 4 cosas que el Señor conoce sobre nosotros citados en este Salmo:

1.- Dios conoce lo más íntimo de tu ser:

“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”. Salmo 139: 1-6

Dios todo lo ve, todo lo sabe, todo lo puede y siempre está presente. Dios nos conoce, está con nosotros, y su regalo más preciado es permitirnos conocerlo.

Algunas veces no consentimos en que otras personas lleguen a conocernos por completo porque tememos que descubran algo de nosotros que no les guste. Sin embargo, Dios ya conoce todo sobre nosotros y aun el número de los cabellos que tenemos en la cabeza (Mateo 10:30). Está con nosotros en cada situación, en cada prueba, nos protege, ama y dirige. Nos conoce y ama a plenitud.

2.- Dios sabe nuestras luchas:

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.  Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz”. Salmo 139: 7-12

Dios es omnipresente, está en todas partes. Debido a esto, nunca podremos apartarnos de su Espíritu. Estas son buenas nuevas para todos los que conocen y aman a Dios pues no importa lo que hagamos ni a donde vayamos, nunca estaremos lejos de la presencia consoladora de Dios.

3.- Dios conoce cómo fuimos creados:

“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. !Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! !Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo”. Salmo 139: 13-18

El carácter de Dios está dentro de la creación de cada persona, todos fuimos hechos por Él. Cuando creas que no vales nada, comiences a menospreciar u odiarte recuerda que el Espíritu de Dios está siempre dispuesto a trabajar contigo pues te conoce como nadie más, para así, hacer que su carácter sea todo lo que Dios desea. Debemos valorarnos, amarnos y respetarnos así como lo tiene nuestro Hacedor con nosotros.

4.- Dios conoce nuestro corazón:

“De cierto, oh Dios, harás morir al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. Porque blasfemias dicen ellos contra ti; tus enemigos toman en vano tu nombre. ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Salmo 139: 19-24

El odio que David sentía por sus enemigos provenía de su celo por Dios. David veía a sus enemigos provenía de su celo por Dios. David veía a sus enemigos como enemigos de Dios, así que su odio era un deseo por la justicia de Dios y no por venganza personal. David pidió a Dios que examinara su corazón y prestara atención y señalara si existía algún motivo malo que pudiera estar detrás de sus fuertes palabras. Si bien es cierto que buscamos justicia en contra del mal, también debemos orar para que los enemigo de Dios se vuelvan a Él antes que los juzgue.

Asimismo, David pidió a Dios que examinara si había un pecado en él y lo señalara hasta el punto de analizar sus pensamientos. Solo Él conoce nuestro corazón y nuestros pensamientos, pidamos a Dios que guie nuestros caminos diariamente y revele a nuestra vida si hay pecados del cual debamos arrepentirnos.

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