Ríndete ante la majestuosidad de Dios

En nuestro devocional diario como hijos de Dios, antes de orar debemos adorarlo y exaltar su nombre, se trata de enamorar y enamorarse de un Dios real; es pensar y suspirar, conocer y expresar nuestro amor al que está con nosotros todos los días de nuestras vidas.

Adorar a Dios es cantarle aun sin tener una voz melodiosa pero de corazón. Dios esta anhelante y deseoso de que haya entre su pueblo personas que lo adoren en espíritu y en verdad como dice en su palabra en Juan 4:23-24 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”.

Tal vez muchos se preguntarán ¿qué es adorar a Dios?, esto tiene que ver con una humillación de parte de nosotros ante Él, es postrarse, inclinarse como un acto de sumisión y reverencia ante la Soberanía y Majestuosidad de Dios. Es elevarlo al primer lugar que le corresponde como nuestro Creador, reconociendo su amor, bondad, fidelidad para con su pueblo.

Para adorar a Dios no es imprescindible ir a un lugar específico como por ejemplo la congregación o las casas de paz, puedes hacerlo en cualquier lugar, cuando sientas la necesidad de expresarle agradecimiento y amor, así como la alegría de tener su presencia contigo.

¿Por qué Dios pide que lo adoremos en espíritu y en verdad?

Porque Dios es un ser completamente espiritual y nosotros somos alma, cuerpo y espíritu. Cuando lo adoramos debe ser de nuestro espíritu a su Espíritu.

La conexión divina que hace que esto sea posible es el Espíritu Santo, la adoración es una devoción interna hecha con sinceridad, no es una ceremonia obligatoria. .

La adoración que agrada al Señor es la que se da en el plano de la verdad, teniendo conocimiento de quien es El Gran Yo Soy; su esencia, sus obras y aun lo que hay en su corazón puede ser mostrado cuando lo adoras de la manera que Él lo pide.

Juan 14:17 “El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros los hayéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. Él es el que guía tu corazón a la oración y adoración para que este en total armonía con la verdad  de su Palabra.

Por Andreina Fersaca

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