Como cristianos podemos llegar a sentir desesperanza en medio de un problema, de una injusticia o una enfermedad. Pero el Señor nos dice que coloquemos nuestra esperanza en Él, aun en un mundo destruido, lleno de dolor y sufrimiento, donde estamos acostumbrados a escuchar malas noticias, solo basta con ver el periódico o el noticiero para ser testigos de esa realidad.
Dios tiene palabras de confianza que renuevan nuestras fuerzas, es nuestro consuelo diario. Incluso cuando sentimos que no está a nuestro lado, Él está allí para levantarnos y sostenernos a través de las circunstancias desesperantes de la vida. ¡Él prometió grandes cosas para la eternidad!
La esperanza es parte fundamental de la fe cristiana
Como cristianos, nuestra esperanza está puesta en Dios. En medio del desierto confiaremos en que nuestro Padre Celestial cumplirá sus promesas y que no nos dejará cuando más lo necesitemos. Cuando ponemos nuestra esperanza en Dios, reconocemos que Él es bueno, nos conoce como sus hijos y como buen Padre nos da fuerzas una y otra vez.
Nuestra esperanza crece a través de encuentros con Dios y meditando en su palabra. Veamos algunos versos bíblicos y permita que su vida sea transformada como hijo de Dios… Fortalezca su fe en este día:
1.- Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 Pedro 1:3
2.- Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29: 11
3.- Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de Él es mi esperanza. Salmos 62:5
4.- Diré yo a Jehová; Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. Salmos 91:2
5.– Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios. Salmos 146:5
6.- Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Hebreos 10:23
7.- ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Salmos 42:11
Por Rossmary Valladares