Cuando iniciamos una relación de amistad con una persona vamos conociendo con el tiempo cuales son sus gustos, ideas, pasatiempos, etc. La confianza poco a poco va creciendo, se comparten momentos, se van formando lazos con esa nueva amistad y se empieza a compartir sueños, alegrías, tristezas, éxitos y fracasos.
Esto mismo sucedió cuando conocimos a Jesús y lo aceptamos como nuestro Salvador. Un día lo reconocimos públicamente y abrimos nuestra vida y corazón a Él. Empezamos una relación especial con el Creador de todas las cosas, el único que nos conoce completamente, una nueva relación basada en amor y perdón.
¿Sabes que mientras más tiempo dedicamos a conocer a Jesús más nos parecemos a Él? Buscar su palabra, su consejo y su amor nos hará parecernos cada vez más a nuestro Padre. Así mismo, seremos un ejemplo para el mundo, ya que nuestras actitudes, comportamientos, y toda nuestra forma de vivir reflejará a Cristo. Esto significa que tengo una nueva meta y es vivir una vida libre de pecado.
Cuando conocemos a Jesús:
-Somos sus imitadores. Efesios 5:1
-Tenemos una comunión diaria con Él. Marcos 14:38
-Hablamos a otros de Él. Marcos 16:15
-Aceptamos su consejo. Lucas 6:35
Pregúntate ahora mismo si de verdad conoces a Jesús, si en tu diario andar pones en practica sus enseñanzas . Pregúntate si Jesús es lo más importante en tu vida.
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3