El relato bíblico de la Semana Santa describe los profundos acontecimientos que rodearon la pasión, muerte y resurrección de Jesús, que además tienen un profundo significado para los cristianos. Durante este período, nos dedicamos a la reflexión, gratitud y afirmación de nuestra fe inquebrantable en Él. También sirve como un conmovedor recordatorio de los momentos finales de la vida terrenal de Emmanuel, cuando Dios habitaba entre nosotros.
La culminación de esta fiesta está marcada por lo que se conoce como la Pasión de Cristo, que abarca el relato bíblico de los acontecimientos que comienzan con la Cuaresma, un período de cuarenta días dedicados al ayuno, la oración y el sacrificio, que finalmente concluye con la Semana Santa. La piedra angular de nuestra fe cristiana reside en la resurrección de Jesús.
Este evento fundamental no sólo garantiza un lugar para cada creyente, sino que también sirve como esperanza que compartimos con otros para llevarlos a abrazar el cristianismo. Es la seguridad de una existencia eterna en la presencia de nuestro divino Creador. “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. 1 Juan 5:11-12
Vale la pena señalar que existen referencias que vinculan la Semana Santa, tal como se describe en la Biblia, con la Pascua judía. Esta conexión se debe al hecho de que la Última Cena, que tuvo lugar antes del arresto de Jesús, tuvo lugar durante la celebración de la Pascua. Jesús otorgó un nuevo significado a la Pascua judía al designar la matzá, el pan sin levadura que compartió con sus apóstoles, como representación de su cuerpo. De igual forma, identificó el vino que consumían como símbolo de su sangre. Esta transformación cambió el propósito de la Pascua de una conmemoración de la liberación de los judíos de Egipto a un recuerdo solemne del sacrificio supremo de Jesús por toda la humanidad.
Aunque el término «Semana Santa» no se menciona explícitamente en la Biblia, sí relata los acontecimientos importantes que ocurrieron durante la última semana de la vida de Jesús en la Tierra. Esta semana conmemoramos aquellos eventos que están documentados en la narrativa bíblica. Por tanto, la Semana Santa se deriva de las descripciones bíblicas de los últimos días de Jesús en este mundo. Los acontecimientos que forman el fundamento de la Semana Santa se pueden encontrar en la Biblia, específicamente en los relatos de la vida de Jesús.
Los evangelios del Nuevo Testamento describen su entrada a Jerusalén, la Última Cena, su arresto, juicio ante Pilato, crucifixión, muerte y resurrección. Si bien la Semana Santa no se celebra explícitamente como un día festivo según las enseñanzas bíblicas, vale la pena señalar que, para algunos, coincide con un período de vacaciones donde las personas suelen priorizar el ocio y la relajación, como ir a la playa.
Por los hechos ocurridos, como cristianos el mayor gozo que vivimos durante la Semana Santa es el Domingo de Resurrección porque, según la Biblia, en este día tan importante celebramos la victoria de Jesús sobre la muerte. A través de la resurrección, Jesús nos da la esperanza de que tenemos vida después de la muerte.
«Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron». Marcos 16:6