En tiempos donde el modelo de hombre según la Palabra de Dios está desvalorizado por la sociedad, confrontarse con el plan divino es un desafío solo para valientes… ¡y no tanto! Solo hace falta un deseo genuino de búsqueda del Creador para desarrollar una masculinidad próspera, fiel a las Escrituras, y convertirse en el hombre que Dios pensó cuando decidió que ese hombre naciera. De esto trata «Hombre Verdadero», publicado por Editorial Portavoz.
En el prólogo del libro compilado por Nathan Busenitz, «Hombre Verdadero», John MacArthur aseguró que “si examinamos la vida de los justos en las Escrituras, una característica se vuelve rápidamente evidente: todos caminaron con Dios, en dulce comunión y en sincero compromiso con Él. Los patrones de su vida correspondían con la pasión de su corazón: conocer al Señor y obedecerlo”. Y tal vez el gran secreto sea este, pero el libro «Hombre Verdadero» no solo invita a caminar con Dios sino a cultivar una relación profunda basada en el conocimiento genuino de quién es el Creador, cuál fue su plan y qué tiene pensado para el hombre de hoy.
El autor señaló: “Este es un libro sobre hombres reales. Fue escrito por pastores para varones cristianos con el objetivo de animarlos hacia una masculinidad verdadera, como Dios lo define en su Palabra. No es un estudio exhaustivo, pero sí esperamos que te aliente hacia una semejanza más profunda con Cristo”.
Planteando cómo la sociedad actual vive la fe como un desafío auto procurado, Busenitz busca trazar un mapa con postas que tienen que ver con actitudes y procesos hacia la profundidad del conocimiento de Dios. Y lo hace a través de respuestas a preguntas vitales en la vida de los varones de la Biblia, hombres como Abraham, David, Nehemías, Pablo y Timoteo. Todos ellos lucharon con los mismos asuntos que el hombre enfrenta hoy.
El desafío es ser un hombre verdadero que no tiene que ver con la fuerza física, la habilidad atlética, la riqueza financiera ni el estatus social. En cambio, sí tiene que ver con una integridad personal, una obediencia de corazón y una dependencia diaria del Señor. La humildad, la fe y el amor son los rasgos de carácter de un hombre verdadero, uno que halla favor con Dios.
“Cuando ponemos nuestra esperanza en el Señor y obedecemos su Palabra, demostramos el mismo tipo de fe que caracterizó a Abraham. Confiar y obedecer no es solo una bonita frase pegajosa; es el palpitar de la vida cristiana”, afirmó el autor con la esperanza de desafiar a los lectores varones a asumir la masculinidad que Dios pensó desde el principio de la Creación.
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Fuente: NotiPrensa