A lo largo de los Evangelios, Jesús enseña sobre de la eternidad, la resurrección y el reino de Dios. Cada una de sus enseñanzas nos muestra una visión amplia y llena de esperanza de vida eterna con Dios. Estos son solo algunos de los muchos pasajes en los evangelios donde Jesús habla sobre eternidad. Sus enseñanzas resaltan la importancia de la fe en Él como el camino para recibir la vida eterna y la promesa de un futuro glorioso en su presencia.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él». Juan 3:16-17
En este versículo, Jesús expresa la grandeza del amor de Dios por la humanidad al enviar a su Hijo para salvarnos y brindarnos la oportunidad de tener vida eterna. Jesús se presenta como el único camino para alcanzar la vida eterna y nos revela que su propósito no es condenar, sino ofrecer salvación a través de la fe en Él.
«De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida». Juan 5:24
Jesús enfatiza la importancia de escuchar su Palabra y tener fe en Dios para obtener la vida eterna. Al creer en Jesús, pasamos de una muerte espiritual a una vida nueva y eterna en comunión con el Padre Celestial.
«De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna». Juan 6:47
Jesús destaca la relevancia de la fe en Él como el cimiento para obtener la vida eterna. Es por medio de nuestra creencia y confianza en Jesús como el Hijo de Dios que recibimos el preciado regalo de la vida eterna.
«Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano». Juan 10:27-28
Jesús se compara a sí mismo con un buen pastor que guía a sus ovejas hacia la vida eterna. Aquellos que lo siguen y le obedecen serán protegidos y sostenidos por Él para siempre.
«E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna». Mateo 25:46
Jesús enseña sobre el destino eterno de las personas, enfatizando que habrá una recompensa para los justos (los que creen en Él) y un castigo eterno para aquellos que rechazan su salvación. Por eso, el Señor dejó su Palabra para que todos procedan al arrepentimiento sincero, dejando atrás sus delitos y pecados. El cielo no está reservado para algunos elegidos, está disponible para todos los que pongan su fe en Jesús.
«En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis». Juan 14:2-3
En este pasaje Jesús consuela a sus discípulos asegurándoles que preparará un lugar en el cielo para aquellos que le sigan. También promete regresar para llevarlos consigo, prometiendo un reencuentro con aquellos que creen en Él en la vida eterna. Promesas como estas son las que el Señor entregó para quienes creen en Él, y la eternidad nos brinda una esperanza como ninguna otra en este mundo terrenal. ¡Persevera en los caminos del Señor!
Con estas enseñanzas, Jesús brinda esperanza y consuelo a sus hijos, mostrando que la vida eterna está disponible para aquellos que ponen su fe en Él. El mismo Jesús es la clave para pasar de esta vida a una por la eternidad. Cuando entendemos estas enseñanzas, podemos vivir con la convicción de que nuestra esperanza trasciende esta vida terrenal y se extiende hacia la eternidad en la presencia de Dios.
Por Rossmary Valladares
