¿Puede la comunidad judía ignorar el creciente índice de calor del antisemitismo a nivel mundial?

Por Gabriel Groisman*
El calor abrasador del antisemitismo se vuelve a sentir, una vez más, en todo el mundo. No importa si se vive en Miami, Roma o Santiago: todos sentimos la misma sensación de piel de gallina cuando escuchamos los gritos de los Supremacistas blancos ‘nazis’ en Charlottesville cuando dicen: “los judíos no nos reemplazarán”.

Se me hizo un nudo en la garganta cuando me enteré que los peatones que fueron atropellados en Barcelona estaban parados junto a dos restaurantes kosher, y es la misma reacción que tuvieron los judíos en Bruselas, Sídney y Toronto. Esta colección de sentimientos me hacen pensar en el personaje de Robert De Niro en la película ‘Heat’ (Calor) de 1995. En dicho filme, el personaje de De Niro dice que uno tiene que estar listo para dejarlo todo y huir en 30 segundos, si siente que el calor le espera a la vuelta de la esquina. Con el índice de calor del antisemitismo en aumento, nos debemos preguntar: ¿Es hora de que los judíos abandonen sus vidas actuales y se trasladen a la patria judía, Israel?

En el año 2015, el entonces vicepresidente Joe Biden dijo que el único país en el mundo que puede garantizar la seguridad del pueblo judío es Israel. El vicepresidente Biden recibió muchas críticas por ese comentario. Los judíos estadounidenses se sintieron menospreciados y preocupados. Yo, sin embargo, creo que estaba absolutamente en lo cierto. Como dijo Biden, “no importa lo hospitalario, no importa lo consecuente, no importa lo comprometido, no importa lo profundamente involucrado que usted esté en los Estados Unidos… sólo hay una garantía. Realmente sólo hay una garantía absoluta (para la seguridad del pueblo judío), y ese es el Estado de Israel”. Un vistazo claro al panorama político actual muestra el resurgimiento del antisemitismo en ambos lados del espectro político. Por un lado, está el apoyo agresivo y antisemita del movimiento ‘progresista’ (izquierdista) hacia los boicots de Israel, que a menudo revelan que se tratan de delgados velos del antisemitismo clásico, y por otro lado, vimos la marcha llamada ‘Unidad de la Derecha’ repleta de nazis y Supremacistas blancos. Nada de esto es nuevo, por supuesto, como ya escribí en mi artículo para el Huff Post, a mediados del 2016, sobre el asombroso resurgimiento del antisemitismo. (Véase, http://www.huffingtonpost.com/entry/anti-semitism-is-back-will-you-stand-by-or-stand-up_us_576bfc8be4b016c12caba9a9rant).

Otra fuente de este ‘calor’ es la depreciación de la vida de las personas judías en la sociedad dominante. Esto puede parecer una declaración audaz, inflamatoria; pero no hace que sea menos cierta. Por ejemplo, en enero de 2017, un grupo de personas esperaba pacientemente de pie en un paso peatonal. Un camión salió a toda velocidad por la calle, viró intencionadamente por la acera y atropello de forma directa a aquel grupo, matando a cuatro e hiriendo a quince. Se logró detener al conductor con disparos mientras trataba de dar marcha atrás con el camión para intentar extender la matanza. Debido a que este ataque terrorista fue en Jerusalén (la capital de Israel), la BBC cubrió la noticia con un titular que decía: “Disparado el conductor de un camión en Jerusalén después de presuntamente atropellar a peatones, hiriendo por lo menos a 15, según informa la prensa israelí”. Esto no es sólo un incidente. Esta es la nueva tendencia. ¡¿Será que el valor de la vida del judío comenzó a disminuir, de nuevo?!

Por lo tanto, volvemos a la pregunta inicial: ¿Habrá vuelto a aumentar aquel calor proverbial del antisemitismo a niveles suficientemente altos como para que los judíos hagan sus maletas y se marchen a Israel, donde todos los judíos son bienvenidos y donde hay un ejército fuerte, enfocado totalmente en la defensa del pueblo judío?

Como un patriótico ciudadano estadounidense y como alcalde de un municipio asombroso, creo que la respuesta de los judíos en los Estados Unidos (hoy) es “no”. Estados Unidos sigue siendo un país muy seguro donde el gobierno –a todos los niveles– protege los derechos de las minorías, incluida entre ellas la comunidad judía. Sé que en mi municipio de Bal Harbour, y en todo Estados Unidos, la comunidad judía se siente segura y está prosperando. De hecho, el pueblo judío nunca ha vivido una existencia más segura, más libre, fuera de Israel, que la que se vive en los Estados Unidos en este último siglo.

A pesar de esta realidad, dadas las lecciones de la historia, es imperativo que los judíos siempre se hagan la pregunta: ¿Estoy todavía seguro aquí? Los judíos alrededor del mundo no pueden estar ciegos frente a la realidad que nos rodea. No podemos ignorar los crecientes niveles de calor antisemita que hemos visto resurgir en estos últimos años. Debemos mantener los ojos bien abiertos, incluso si vivimos en lo que parece ser un paraíso. El surgimiento del antisemitismo debe combatirse sin vacilación y sin equivocación, ya venga desde la izquierda o desde la derecha. El antisemitismo no debe ser desafiado solo cuando es políticamente conveniente. Nunca debemos permitir que el antisemitismo, o cualquier forma de racismo, se vuelvan tolerables en nuestra sociedad.

*Gabriel Groisman es alcalde de Bal Harbor, Florida
(Facebook.com/groismangabrielTwitter: @gabegroisman)

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