Por qué la postura del presidente Trump sobre Israel e Irán es necesaria para evitar otra desastrosa guerra en Medio Oriente

Guerra en Medio Oriente

Op-Ed Iran Israel en Espanol

Escrito por Matthew Garces, el director asociado de Philos Latino: Durante la tercera campaña presidencial del presidente Donald Trump, él prometió “no más guerras nuevas”. A medida que aumentan las tensiones en Medio Oriente con la campaña aérea sostenida de Israel contra el programa nuclear iraní, queda claro que la promesa del presidente Trump está siendo puesta a prueba una vez más. Su política exterior —basada en la paz mediante la fuerza— llega en un momento crucial, ya que el panorama de Medio Oriente cambia día tras día. Los críticos afirman que Estados Unidos inevitablemente será arrastrado a esta guerra, lo que resultaría en otro compromiso militar prolongado en la región. Es fundamental entender por qué este conflicto no se asemeja al desastre de Irak en la década del 2000, y por qué la postura actual de la administración Trump es necesaria.

Punto 1: No estamos abogando por un cambio de régimen

Ni Washington ni Jerusalén han pedido un cambio de régimen en Teherán. Este punto fue reiterado por el presidente Trump en una publicación en Truth Social el 17 de junio, donde dijo: “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’… no vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora”. Es importante recordar que el objetivo principal del ataque preventivo de Israel es destruir el programa nuclear de Irán. Dicho esto, si el régimen colapsa de manera similar a como cayó el régimen de Assad en Siria, deberíamos apoyar a los iraníes democráticos que deseen recuperar su país. Estados Unidos puede hacerlo sin tomar acciones deliberadas para derrocar al régimen actual ni involucrarse en esfuerzos de “reconstrucción nacional” como los que ocurrieron en Irak hace unos 20 años. Vale la pena señalar que es bastante normal y evidente por qué Israel o cualquier persona con buena conciencia desearía un Irán no gobernado por islamistas chiitas radicales. Nos alegramos de la caída de Assad, como también lo hicimos con la de Pinochet. Irán es un paria para el mundo, y su pueblo merece algo mejor que el Ayatolá. No obstante, rechazar un cambio de régimen deliberado y desear un nuevo liderazgo en Irán pueden coexistir simultáneamente sin entrar en conflicto entre sí.

Punto 2: No toda acción militar es “escalatoria”

Lamentablemente, hay voces que afirman que las acciones de Israel en Irán son “escalatorias” y podrían arrastrar a Estados Unidos a otra gran guerra. Esto es simplemente falso. La escalada es un concepto de la era de la Guerra Fría que se refería a acciones militares entre dos partes de paridad militar similar. La Crisis de los Misiles en Cuba fue una escalada por parte de la Unión Soviética porque, en términos generales, tanto EE. UU. como la URSS tenían una paridad de fuerza militar, lo que aumentaba el riesgo de una guerra nuclear. No se puede decir lo mismo de Israel e Irán. Israel siempre ha tenido supremacía militar sobre Irán en todos los ámbitos. Por tanto, sus acciones no pueden considerarse “escalatorias”. Esto se ha demostrado en los primeros días del conflicto: Israel ha establecido supremacía aérea, ha

neutralizado prácticamente a todo el gabinete de guerra iraní, y ha mitigado en gran medida la capacidad de represalia de Irán, solo por mencionar algunos ejemplos. Si acaso, las acciones de Israel han contribuido a asegurar una paz duradera.

Punto 3: El presidente Trump ha demostrado que puede actuar militarmente sin quedar atrapado en un conflicto prolongado

Como se mencionó al principio, el presidente Trump cumplió con su promesa de campaña de no involucrar al país en guerras nuevas. Sin embargo, esto no significa que nuestras fuerzas armadas hayan permanecido inactivas. De hecho, como lo muestra este tuit de Rebeccah Heinrichs, el presidente actuó militarmente en múltiples ocasiones durante su primer mandato, y en ninguna de ellas EE. UU. terminó envuelto en un conflicto más amplio. Durante su primer mandato, tomó acciones militares en varios escenarios: lanzó misiles Tomahawk contra Siria en respuesta al uso de armas químicas por parte de Assad, eliminó al califato del ISIS acelerando la campaña militar, eliminó a Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) de Irán, aniquiló mercenarios rusos en Siria, y debilitó a los hutíes en Yemen hasta que se restableció la seguridad del comercio. Es crucial entender la necesidad de ciertas acciones militares para preservar el objetivo a largo plazo de la paz. Hasta el momento, Estados Unidos no ha entrado militarmente en el actual conflicto entre Israel y el régimen iraní, y es posible que nunca lo haga. Además, Israel no ha solicitado formalmente la participación de EE. UU. Sin embargo, si el presidente decidiera intervenir, no sería porque Israel nos arrastró, sino porque él determinó que sería lo mejor para los intereses de Estados Unidos. De ser así, podría seguir su historial previo de intervenciones limitadas y eficaces.

Punto 4: Los críticos que abogan por la inacción son, en realidad, antiamericanos y promueven narrativas falsas

Es fundamental comprender que, durante más de una década, el mensaje del presidente Trump respecto a Irán ha sido consistente: Irán no puede, bajo ninguna circunstancia, obtener armas nucleares. El presidente ha sido aún más firme en esta postura a la luz de las múltiples amenazas (y presuntos intentos) contra su vida por parte de Irán. El hecho es que Irán ha enriquecido uranio muy por encima de los niveles permitidos para uso no militar, y recientemente ha sido hallado en violación de sus obligaciones de no proliferación por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Estos críticos no reconocen las décadas de amenazas y violencia perpetradas por Irán y sus aliados. Permanecer en silencio y permitirles desarrollar armas nucleares es una receta segura para otra guerra interminable, una que eclipsaría a las anteriores.

Está claro que el presidente Trump sigue enfocado en garantizar que se cumplan los intereses de Estados Unidos, y debemos apoyarlo en sus esfuerzos.

Matthew Garces se desempeña como Director Asociado de Philos Latino