En el día a día todas las personas se mueven por las necesidades materiales: el alimento, el vestido, el calzado, la educación para los hijos; es decir necesidades primordiales de todas las familias del mundo. Buscamos suplicarlas a como de lugar: un buen empleo, un negocio próspero, el apoyo de un familiar, en fin siempre “resolvemos”.
Ahora bien, nos hacemos una pregunta ¿En quién estamos confiando?, nosotros mismos nos movemos en nuestra propia fuerza, decisiones, pensamientos y lo que estamos viendo y viviendo. La mayoría de las personas se apoyan en sus sueldos y ganancias, pero no creen que Dios es en el que debemos confiar y el único que puede suplir todas nuestras necesidades, e incluso dar más de lo que necesitamos.
El deseo de Dios es que vayamos delante de su presencia y presentemos todas nuestras peticiones delante de Él y en medio de la oración el Señor derramará las respuestas a todas nuestras interrogantes.
Secretos de confiar en Dios
- Ir a la presencia de Dios y colocar todas nuestras necesidades ante Él
- Perseverar e insistir en la oración hasta obtener la respuesta del Padre
- Esperar con paciencia la respuesta que viene de su corazón
- No le pidas en primer lugar a las personas, solo pídele a Dios que Él recompensará tu confianza y fe
- Cuando recibas lo que pediste en oración, y si es dinero, utilízalo para el fin por el cual lo pediste
- Tener un corazón integro sin voluntad propia y dispuesto a ejecutar la voluntad de Dios
- Poseer una buena conciencia
Tu fe crecerá si poner tu confianza absoluta en Dios y debes darle tiempo para que trabaje de acuerdo a su voluntad, y si nombre sea Glorificado. “Porque por fe andamos, no por vista”, 2 Corintios 5:7
Por Andreina Fersaca
