Piloto agradece a Dios por salvar a pasajeros de la tragedia de Indonesia

Rocosetta Mafella, es el capitán de una de las aerolíneas de Indonesia llamada Batik, quien el pasado 28 de septiembre (cuando ocurrió el terremoto y tsunami en Indonesia), tuvo la responsabilidad que volar un avión, pero lo hizo justo en el momento perfecto de Dios. Él supo escuchar la voz del Señor y por estar apercibido logró salvar la vida de 140 pasajeros que observaron desde el aire las inmensas olas que azotaban un sector del país.

El piloto se encontraba en el aeropuerto de Palu en Indonesia y le correspondía emprender un viaje. Contó que la voz de Dios le inquietaba para que apresurara la salida y así lo hizo, dio la orden a los pasajeros que abordaran el avión y pidió a su compañero que se encontraba en la torre de control que diera la orden de despegue, logró salir tres minutos antes de lo esperado y justo en ese instante, cuando apenas las ruedas del avión se separaron del pavimento, tembló.

Desde el aire el piloto grabó con su celular las grandes olas producto del tsunami, aún sin saber que ocurría, posteriormente supo la tragedia que se vivió y que su amigo, el que le dio la orden de salida había fallecido. Mafella le da la gloria a Dios por su vida y la de los pasajeros. A través de sus redes sociales le rindió un conmovedor homenaje al compañero fallecido que dice: “Batik 6231, la pista 33 despejada para el despegue, fue su última transmisión. Gracias por mantenerme a salvo hasta que estuve en el aire. Un ala de honor para Angung Guanwan por ser mi ángel de la guarda en Palu. Descansa en Paz. Que Dios esté contigo”.

Tristeza en el campamento de la biblia

Varias historias son contadas en Indonesia tras los desastres naturales, una de las más conmovedoras para Bruce Allen, director de Forgotten Missionaries International (FMI), una asociación que forma misioneros en todo el mundo para llevarla Palabra de Dios a las naciones, es la destrucción de un campamento bíblico en Jono Oge, una ciudad a 24 kilómetros al sur de la ciudad de Palu.

Allen cuenta que en el momento cuando ocurrió el terremoto en el lugar se encontraban 200 estudiantes de secundaria. “Lo que terminó sucediendo fue la licuefacción, lo que significa que el suelo se comportó como si fuera líquido. Tendría ondas y el poder de succionar a las personas y objetos. La gente puede hundirse en eso”, dijo.

A pesar de que los estudiantes pudieron huir y correr hacia los alrededores, específicamente a las colinas, los cuerpos de rescate han confirmado el fallecimiento de unas 30 personas, sin saber cuántos desaparecidos. Allen informó que uno de los jóvenes llamado Boby se mantuvo en contacto con el después de la tragedia y aún los días siguientes (cuando su celular estaba encendido). El se encuentra desaparecido y manifestó que está durmiendo en el busque sin comida, bebida y con su hermano.

Las últimas cifras reportan el fallecimiento de más de 1.700 personas y unos 5.000 desaparecidos. Lo que convierte la tragedia de Indonesia (terremoto, tsunami, erupción del volcán), como uno de los peores desastres naturales en el mundo.

Por Andreina Fersaca