Hablar de finanzas en ocasiones resulta complejo, a menudo observamos promociones de talleres, cursos, conferencias, en donde nos aseguran una enseñanza de cómo administrar nuestros recursos, tener una mejor economía y cómo asegurar nuestro futuro y el de nuestros hijos, y no está mal aprender sobre estos temas, pero no existen fórmulas mágicas, la respuesta está fundamentada en la Biblia y en la oración para que Dios nos haga buenos mayordomos de nuestro dinero.
La prosperidad es importante para Dios, pero debemos entender que él quiere que alcancemos esta área a través de lo físico, espiritual y emocional. El bienestar material es importante, pero la libertad de lo que nos aleja de la pobreza es esencial. Debemos entender que no solo se trata de la sobreabundancia de riquezas materiales, sino de la gracia y sabiduría que viene de Dios.
En el antiguo testamento observamos como grandes hombres de Dios fueron prosperados abundantemente de la mano de Dios, pero ellos hacían lo correcto delante de él. “Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro”. Otro de los varones de Dios que aparecen en la Biblia como prósperos fue Salomón, quien le pidió a Dios no riqueza y otras cosas, él le pidió sabiduría, pero Dios además le regaló riquezas, bienes y gloria.
Te brindamos estos pasos para alcanzar la victoria financiera sustentado bíblicamente:
1. Generosidad: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre”. 2 Corintios 9:7-9
2. Dar con alegría: “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. 2 Corintios 9:7
3. Orar antes de dar a los necesitados: ¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, ¿y no te escondas de tu semejante? Isaías 58:7
4. Creer que Dios multiplica tus finanzas: “Y cuando tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y oro se multipliquen, y todo lo que tengas se multiplique”. Deuteronomio 8:13
Por Andreina Fersaca