Padres de niño tailandés reconocen el poderío de Dios

Detrás de cada uno de los 12 niños que quedaron atrapados en la cueva Tham Luang en la provincia de Chiang Rai en Tailandia hay una historia que contar. Como es el caso del joven de 14 años Adul Samon, quien fue uno de los líderes y la cara visible de los chicos y su entrenador de fútbol.

Adul es cristiano y durante los 17 días que estuvo atrapado en la cueva junto a sus compañeros, demostró fortaleza y mucha fe en Dios, confiaba en que Él era el único que podía hacer un milagro. Su rostro recorrió el mundo, tomando en cuenta que entre las 13 personas que se encontraban en el lugar, era el único que hablaba ingles y podía comunicarse con los extranjeros que formaban parte del equipo de rescate.

“No hay nada que Dios no pueda hacer”, fueron las palabras de los padres de Adul, quienes pertenecen a la Iglesia Cristiana Maesai Grace en Tailandia. Públicamente agradecieron a Dios por la vida de su hijo y de sus amigos, así como también mostraron su gratitud por todas las personas que estuvieron orando y ayudando.

“Estamos tan felices de escuchar que nuestro hijo está fuera de la cueva y que vamos a recibirlo en casa, es el amor que Dios da a nuestra familia, grande es el amor de Dios y no hay nada que Él no pueda hacer”, manifestaron.

Por su parte, Ewan McGregor, un misionero británico que vive en Chiang Rai, dijo  que muchos en el país ven el rescate del equipo de fútbol como “un milagro”.

“Mi oración es que ellos puedan volver a la vida normal. Creo que siempre serán reconocidos en toda Tailandia, y oro para que Dios use sus testimonios para tocar la nación.

Compassion International

Adul Samon nació en Wa, región habitada por una etnia que se extiende por el norte de Myanmar y el sur de China. Hasta la década pasada, tenían relativa autonomía política, pero la ola de persecución religiosa hizo que miles de personas de la etnia huyeran a los países vecinos. La mayoría de los wa son cristianos.

Los padres de Samon consiguieron enviar al niño a los 7 años a estudiar en el norte de Tailandia, donde fue acogido por una iglesia cristiana. La escuela que estudia es parte de un proyecto misionero en el país donde cerca del 95% de la población es budista.

Compassion International es el nombre de la organización que acogió a Adul. Es un ministerio de defensa a la niñez que junta a personas compasivas y libera a la niñez de la pobreza espiritual, económica, social y física. La meta es que cada niño sea un adulto responsable, completo y realizado.

“Nuestra fe en Dios y en sus promesas nos da el poder para estar seguros. En el rostro de los desafíos que nos rodean, no perdemos la esperanza y levantamos el ánimo a medida que avanzamos en nuestra misión de liberar a los niños de la pobreza en el nombre de Jesús”.

Recordando el milagro

Los chicos, entre 11 y 16 años de edad, y su entrenador de fútbol fueron rescatados el martes (10) de la cueva inundada de Tham Luang en la provincia de Chiang Rai en Tailandia, donde quedaron atrapados durante 17 días.

Actualmente todos están hospitalizados y permanecerán semanas debido al debilitamiento del sistema inmunológico. Las autoridades informaron que deben hacerles varios exámenes médicos, entre los que se encuentran histoplasmosis, que se conoce como “enfermedad de las cavernas”, una infección que “es causada por la inhalación de esporas encontradas en excrementos de pájaros y murciélagos”.

Las oraciones por la salud de los 12 niños y su entrenador continúan, con el propósito de que Dios siga obrando en sus vidas y por su pronta recuperación.

Por Andreina Fersaca

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