La organización benéfica cristiana para el cambio climático, Operación Noah, realizó el lanzamiento de una película animada diseñada para ayudar a los cristianos de todo el mundo a reconocer el costo humano de un clima cambiante y su impacto particular en las mujeres y los niños.
Sālote, es el nombre de la película, trata de una niña de siete años que ya está experimentando los impactos del cambio climático en su hogar en la isla del Pacífico Sur. El filme está inspirado en relatos de la vida real en cuanto a los efectos del cambio climático actual, que perjudica a los más vulnerables, en su mayoría los que habitan en zonas sensibles del mundo como islas bajas, que sin las la más difíciles.
Sālote, es el nombre de la protagonista de la historia y fue realizada en asociación con el Día Mundial de Oración. La película es un recurso gratuito y está disponible para ver en YouTube y en la página web de Operation Noah, con un paquete de actividades, hojas informativas y páginas para colorear.
Según la organización benéfica, aunque la mayoría de los adultos en el Reino Unido piensan que el cambio climático es real y es causado principalmente por la actividad humana, muchos cristianos aún no lo ven como un problema de fe. Las recientes encuestas indican que el impacto futuro de los problemas ambientales no se toma con preocupación y es importancia informar al respecto.
Las cifras de la ONU reflejan que las mujeres y los niños tienen 14 veces más probabilidades que los hombres de morir o resultar heridos durante eventos climáticos extremos, como los ciclones, que se prevé que aumenten significativamente a medida que crecen las temperaturas a nivel mundial.
Stephen Edwards, activista de la campaña de la Operación Noah dijo: «Cuando se trata del cambio climático, a menudo hay una desconexión entre la cabeza y el corazón. Para muchos cristianos de hoy, las historias predominantes sobre el cambio climático están dominadas por estadísticas impersonales y patrones climáticos complejos. Entonces, para muchos de nosotros, puede ser difícil ver qué tiene que ver esto con amar a nuestro prójimo. A través de esta breve historia en primera persona, esperamos que muchos cristianos tengan una idea más clara del impacto humano y la urgencia moral del cambio climático, que sigue siendo una de las injusticias más profundas en nuestro mundo».
Por su parte, Nicky Bull, director ejecutivo de la organización benéfica, manifestó que «las mujeres, los niños y los pobres constituyen la gran mayoría de los que ya sufren las consecuencias del cambio climático y, para las naciones insulares de baja altitud, el cambio climático amenaza cada vez más las vidas y los medios de subsistencia de los menos responsable de la crisis climática de hoy. En esta injusticia tan apremiante, la Iglesia de hoy puede, y debe, hacer oír su voz moral».
Por Andreina Fersaca