Estar apercibido significa estar atento y alerta sin perder el rumbo y el enfoque. Entre estar pendiente de lo que Dios está haciendo y distraerse hay solo pasos, una línea delgada que cuando se cruza puede hacerte perder no sólo la bendición, sino también la mirada en aquel que hizo los cielos y la tierra.
Significa también que debemos estar preparados y vigilantes. “Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre”. Lucas 21:36
Cuando los hijos de Dios están en constante oración y conectados con Dios podrán estar apercibido sobre las desavenencias que suceda, algún peligro o situaciones que tal vez parecen insignificantes pero que lograr desviarte del propósito de Dios. Un ejemplo de ello, es que cuando estas a solo pasos de hacer un negocio y entregas ese proyecto en oración, podrás estar confiado de que el Señor tiene el control de todo.
En nuestra vida diaria pueden ocurrir sutilezas que nos hacen perder la paz y la comunión con Dios. Una respuesta inesperada de tu esposo, una mala mirada de los hijos, quizás el jefe amaneció de mal humor o simplemente vas en tu vehículo y te tropiezas con un conductor que te aturde con la bocina de su carro, cualquiera de estos escenario te pueden hacer perder el enfoque y el rumbo.
No permitas que ningún episodio contrario a la Palabra del Dios te distraiga del propósito que el Eterno tiene para tu vida. “Pero yo te he levantado para este mismo propósito, para mostrar mi poder y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra”. Éxodo 9:16.
Por Andreina Fersaca