Nate Diaz lanza «BELLA FORTUNA», una representación y declaración del amor redentor. Como fruto de una temporada profundamente personal con el Señor, este nuevo sencillo cuenta la historia de cómo Dios libró a Nate del miedo y de expectativas rígidas, llevándolo a la verdadera comprensión de Su naturaleza. Ya disponible en audio y video en todas las plataformas digitales.
Continuando el camino hacia su próximo álbum, EL ESPÍRITU, esta canción íntima y reflexiva comienza con una poderosa revelación: existen momentos en los que una persona reconoce que se equivocó, pensando que se había alejado demasiado, cuando, realmente, Dios siempre estuvo cerca.
Para el artista, no se trata de suerte, sino del regalo de un amor fiel e inquebrantable. Cada palabra de esta creación se adentra en la esencia del evangelio: perdón, libertad, restauración y una relación directa con El Padre. Todo esto es posible porque Jesús pagó el precio, eliminó toda culpa y abrió la puerta a una comunión genuina.
«Como joven latino, creía que mi naturaleza imperfecta hacía que Dios estuviera molesto conmigo. Constantemente, intentaba ganarme Su amor, cuando en realidad Jesús me lo estaba dando gratuitamente. Esta canción es un testimonio de cómo Él me liberó del esfuerzo por merecerlo y me dio la bienvenida a Su descanso y a Sus brazos», explica el vocalista.
Musicalmente, es una canción simple y centrada en el piano. El talentoso cantautor fue intencional al crear un sonido suave y accesible, permitiendo que la revelación contenida en la letra tomara protagonismo. Fue diseñada para cultivar una identidad única y natural, arraigada en un espíritu congregacional.
«Anhelo que, al escuchar ‘Bella Fortuna’, las personas sientan que pueden volver a respirar; que experimenten la delicadeza de Su yugo. Oro para que, al escucharla, sientan a Cristo envolviéndolos con ternura, como olas que acarician la orilla de sus corazones», añade Díaz.
Un video de la grabación en vivo estará disponible en el canal de YouTube de Nate, documentando una de las experiencias más memorables para el líder de adoración: cuando vio la cruz que estaba en el centro del escenario durante un momento espontáneo, y se conmovió hasta las lágrimas.
«Miré a la cruz y vi mi redención, mi sanidad y mi perdón allí mismo, expuestos ante mis ojos. Mi amado Salvador estaba colgado para que pudiera cantar de Él en una canción llamada BELLA FORTUNA».