En la conocida Stone Mountain en Georgia, Estados Unidos, se llevó a cabo un evento denominado “OneRace”, en español “Una Raza”, realizado con el propósito de manifestarse en contra del racismo y reconciliarse como hermanos mediante el perdón, la oración y adoración a Dios.
Miles de cristianos de todas las razas asistieron a la actividad y aseguraron que se trató del principio de un movimiento en masas que despierta ante la injusticia racial que todavía existe en el mundo, además manifestaron que es la voluntad de Dios el amor y el respeto al prójimo.
Uno de los temas que predominó en la actividad fue el hecho de que ahora las iglesias deben tomar la responsabilidad de sanar las naciones que están fracturadas por el odio racial y la crisis social. Sobre el hecho Billy Humphrey, cofundador del movimiento “OneRace” y director de la Casa de Oración Internacional de Atlanta, dijo que es momento de que el cuerpo de Cristo tome un de amor y unidad alrededor de la cruz de Jesús.
«Muchas voces en la sociedad y en la política hablan de divisiones en la nación, pero no escuchamos mucho de la iglesia. A veces, la iglesia ha estado al margen y en silencio. Ya no podemos estar en silencio, es momento de tomar una posición», dijo Humphrey.
Por su parte Garland Hunt, pastor principal de The Father’s House en Norcross y codirector ejecutivo de OneRace, manifestó la importancia de la curación racial en la sociedad. «Nuestro país está dividido y la iglesia, desafortunadamente, está dividida por la frustración y el dolor».
A la actividad estaban registradas más de 12 mil personas, pero los organizadores del evento finalmente no pudieron cuantificar el número de asistentes que apoyo la unión y el amor. Participaron 200 iglesias. Muchos llevaron camisas con escritos que decían «Reconciliación”, «Arrepentirse», otros llevaron letreros y pancartas que decían «Deje que fluya la justicia» y «Dios nos arrepentimos».
Uno de los momentos más conmovedores llegó cuando Ferrell Brown, uno de los pastores invitados, dijo ser descendiente del general confederado Nathan Bedford Forrest, él se arrepintió de los pecados pasados de su familia y pidió perdón. Junto a él estaban el reverendo Anthony Thompson y Rose Simmons, quienes perdieron a sus seres queridos en 2015 cuando un hombre blanco de 21 años abrió fuego durante un estudio bíblico en la Iglesia Emanuel AME en Charleston, Carolina del Sur, matando a nueve feligreses negros.
Además pidieron a los presentes abrazar a una persona que fuera totalmente a ellos y así romper las cadenas del odio y dar paso a la unión y el amor.
Los presentes concluyeron que todos adoran a un mismo Dios y que es momento del avivamiento. Consideran que luego de las oraciones y de hermosos momentos de adoración, se marco un precedente y es el momento de que la luz de Jesús brille. «Esta fue una demostración tan fuerte del corazón de Jesús para unificar a las personas de una sola raza».
OneRace la curación de la raza
OneRace nace como un movimiento multicultural, pero enfatiza la curación de la división histórica del blanco y negro. Establecido en la oración, la relación auténtica y los estilos de vida de la justicia.
A través de la oración y el ayuno, la relación y la colaboración, OneRace existe para desplazar el espíritu de racismo y liberar un movimiento de reconciliación racial en Atlanta, el sureste y la nación. Dios desea un movimiento de jóvenes adultos que contrarreste la marea de división racial en nuestra ciudad y nación. «E hizo de un hombre a toda nación de hombres para vivir en toda la faz de la tierra « – Hechos 17:26.
OneRace presenta diferentes de eventos, desde reuniones de oración, de visión, servicios regionales y todo culmina con OneRace Stone Mountain. Hace dos años varios pastores firmaron el Acuerdo de Atlanta. Hicieron un pacto para oponerse al racismo en todas sus formas, nunca más permitiéndole ganar un punto de apoyo dentro de nuestras esferas de influencia.
La unidad racial tiene una respuesta vertical, el Evangelio de Jesucristo, que nos impulsa a una acción horizontal, en última instancia, brindando curación y justicia.
Por Andreina Fersaca