Más de mil presos reciben Biblias en Honduras

Más de mil presos reciben Biblias en Honduras

Más de mil reclusos en una cárcel de Honduras recibieron Biblias y vivieron un tiempo de adoración gracias a Mission Cry. La Palabra de Dios sigue abriéndose paso en lugares inesperados, llevando esperanza a quienes más la necesitan.

En un rincón poco visible de Honduras, donde la violencia ha sido la norma y la rutina pesa, una escena poco común rompió la monotonía de una prisión: más de mil internos recibieron una Biblia y participaron en un momento de adoración colectiva, gracias a la organización Mission Cry.

El evento se llevó a cabo en el patio central del centro penitenciario. No hubo luces ni escenarios, pero sí voces que cantaban y manos que sostenían con fuerza las Escrituras. Según compartió el reverendo Jason Woolford, director de Mission Cry, fue una jornada cargada de sentido: «Los internos no solo recibieron una Biblia, también cantaron, adoraron, y muchos de ellos escucharon por primera vez un mensaje de salvación personal».

Mission Cry lleva años trabajando en cárceles de diferentes partes del mundo, y esta experiencia en Honduras se suma a una tendencia global que llama la atención: cada vez más prisiones están permitiendo que el evangelio entre por sus puertas, incluso cuando los responsables del penal no son creyentes. “Estamos viendo lo mismo en África, en Filipinas… lugares donde jamás imaginamos poder entrar, ahora se abren a la Palabra de Dios”, explicó Woolford.

Uno de los aspectos más destacados del trabajo de esta organización es la distribución gratuita de un Nuevo Testamento en español, especialmente diseñado con un plan de discipulado incluido. Con un costo de producción de solo dos dólares por ejemplar, estas Biblias no solo entregan un texto, sino una herramienta de transformación espiritual.

Al finalizar la actividad en la prisión hondureña, muchos internos se acercaron al equipo de misioneros para agradecerles personalmente. Algunos estrecharon sus manos con fuerza, otros con lágrimas. No hubo promesas vacías ni discursos largos, solo un gesto claro: la fe, incluso en contextos difíciles, puede abrir espacio a una nueva historia.

Mission Cry continúa con su labor internacional y anima a quienes deseen apoyar su causa a visitar su sitio web, donde pueden patrocinar la impresión y el envío de nuevas Biblias a comunidades necesitadas, dentro y fuera de los muros de las prisiones.