Lo mejor es obedecer en la primera oportunidad

Hay personas que están pensando en cambiarse de lugar para que las circunstancias que están viviendo se terminen o simplemente cambien su rumbo, pero esto quiere decir que están huyendo que una situación que Dios ha permitido, tal vez para fortalecer su fe o su carácter.

Tenemos dos opciones con el mandato que Dios nos da: obedecer o no obedecer. Es decir la opción no debería ser huir y escondernos cuando pasamos por alguna situación difícil o cuando el Señor nos manda a que realicemos algo. Es posible que Dios quiera que perdonemos, que nos separemos de algún amigo que no es buena influencia para nosotros, que salgamos de algunos negocios que no están correctos, en fin cualquier instrucción que será de beneficio para nuestras vidas pero que no lo vemos.

Jonás no quería obedecer a Dios, él en su corazón no quería que los ninivitas se arrepintieran, quería que el fuego del Señor los consumiera, pero no fue lo correcto, porque él quiso convertirse en juez y desautorizar el mandato de Dios. En Nahum 2:12-13 vemos que Jonás no quiso seguir las instrucciones de Dios y cuestionó su decisión, fue cuando el Señor levantó una tormenta en su contra.

En muchas oportunidades Dios permite que se levanten circunstancia, porque nos resistimos a los cambios, el nos corrige y nos disciplina cuando caminamos lejos de su propósito. Esas situaciones permiten tres cosas: 1. Fortalecer nuestra fe y 2. Fortalecer nuestro carácter y 3. Depender de Dios.

Lo importante es que Dios siempre nos da la oportunidad de arrepentirnos, de volver a Él y entregar toda nuestra vida para que nos dirija a su propósito. Su voluntad es buena, agradable y personas y si Él está pidiendo que hagamos algo es para bendecirnos.

Por Andreina Fersaca