Una excusa es el hecho de escapar de una obligación, es decir es un pretexto para evitar culpar o evadir algún tipo de responsabilidad. Resulta que cuando aplicamos esta palabra y este significado a nuestras vidas solamente estamos haciéndonos daños a nosotros mismos porque “las excusas solo le sirven a quien las da”, a las demás personas no les sirve esa razón por la cual no cumpliste con algo.
Si tenías una cita médica, un entrenamiento de algún deporte o una reunión y llegas retrasado al lugar tal vez tendrás que dar alguna explicación y podría ser una razón la siguiente: “No dormí bien anoche”, “no me sentí bien y por eso no pude llegar a tiempo”, “el taxi, tren o autobús no llegó a tiempo y tuve un retraso”, es fin son muchas las “excusas” que podemos dar para escapar de la responsabilidad adquirida, pero finalmente ya eso no vale.
Constantemente vemos con preocupación a hombres y mujeres que poco a poco se van alejando de las congregaciones, empiezan faltando al servicio o culto uno que otro domingo, y de repente se hace repetitivo. La “excusa” podría ser: “se me hizo tarde”, “el carro está dañado”, “estoy muy cansado”, “tengo muchas obligaciones en mi hogar”, “debo compartir con mi familia”, es fin muchas son las razones, pero finalmente ocurre una sola cosa, y es que le estas “colocando excusas” a Dios.
Dice la palabra de Dios en Hebreos 10:25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”, y en Romanos: 10:17 dice: “Así que la fe es por el oir, y el oir, por la Palabra de Dios”.
Consecuencias de las excusas
Y Aarón respondió: No se encienda la ira de mi señor; tú conoces al pueblo, que es propenso al mal. Porque me dijeron: «Haznos un dios que vaya delante de nosotros; pues no sabemos qué le haya acontecido a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto.» Y yo les dije: «El que tenga oro, que se lo quite.» Y me {lo} dieron, y lo eché al fuego y salió este becerro. Éxodo 32:22-24
Mientras Moisés estaba en un encuentro con Dios, su hermano Aarón quedó a cargo, pero el pueblo se cansó de esperar la manifestación del Señor y quisieron construir un dios para adorarlo, Aarón lo permitió y luego colocó como “excusa” la terquedad e impaciencia de las personas. Finalmente las consecuencias fueron la desobediencia y el pecado por parte de hombres y mujeres que ya habían visto el poder de Dios.
En muchas ocasiones cuando evadimos nuestros compromisos con pretextos no hay vuelta atrás, podemos perder el trabajo, esa cita que tanto estábamos esperando, el cupo en la universidad o en la escuela deportiva que queríamos, en fin oportunidades que Dios nos pone en nuestro camino.
Por Andreina Fersaca