La tarde del martes 11 de junio de 2013, Benjamín Netanyahu tomó el teléfono para hacer una felicitación. Noam Bardin, CEO de la aplicación israelí Waze, fue quien recibió la llamada. Aquel día, la compañía estadounidense Google anunció que había comprado la app de tráfico y el primer ministro de Israel quería celebrarlo. “Felicidades, alcanzaste la meta”, dijo Netanyahu en la llamada, que quedó registrada en un video. “Pusiste la tecnología israelí en el mapa mundial”.
En el ecosistema emprendedor de Israel, estas llamadas son comunes. Si una start-up es comprada por un jugador estratégico, recibe una llamada. Si un emprendedor es reconocido por desarrollar una innovación, tiene una felicitación. Si una empresa se hace pública, también se llena de elogios.
La meta de Ron Aviv, managing director de la aceleradora para emprendedores árabes, drusos y beduinos The Hybrid, es que Netanyahu realice estas llamadas cada vez más. Por eso, lidera un programa de seis meses dirigido a proyectos en etapas tempranas fundados por árabes, que representan poco más de 20% de la población israelí.
El enfoque en esta comunidad es para potenciar su participación en el ecosistema emprendedor del país que, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Social de Tel Aviv, ha registrado una tasa de crecimiento de 48% en el número de start-ups de 2012 a 2016. “Aceptamos empresas de cualquier industria, no podemos darnos el lujo de rechazarlas”, dice Aviv.
La aceleradora, fundada en 2015 y que no solicita participación de las start-ups, ofrece un programa de capacitación de seis meses para desarrollar el espíritu empresarial, la estrategia de negocio y el diseño del producto o servicio, además de conectarlos con inversionistas de la región, proveedores y directores de empresas exitosas que pertenecieron al ejército israelí.
Cada año, aplican a la convocatoria de The Hybrid entre 50 y 70 aspirantes. Pero el éxito, destaca Aviv, está en su portafolio de start-ups seleccionadas. Empresas de desarrollo de software, apps para detectar enfermedades pulmonares, plataformas que conectan a diseñadores gráficos con empleadores y a estudiantes con tutores o herramientas de inteligencia artificial para valuar el precio de un inmueble o hacer recomendaciones de maquillaje son sólo algunos de los proyectos de su cartera.
Esta es la estrategia de tres pilares que la aceleradora ha seguido para llegar a ellos:
Atención de minorías: El surgimiento de nuevas empresas en la comunidad árabe es un área de oportunidad. A pesar de contar con la educación en temas empresariales, la experiencia profesional y, en la mayoría de los casos, una idea de negocio, sus miembros posponen su faceta emprendedora. Ofrecer un programa de aceleración para este nicho incrementa la posibilidad de descubrir proyectos que todavía no son atendidos por la competencia.
Selección de empresas con historia: Elegir una generación de empresas a acelerar sólo con evaluar al jinete (el emprendedor) y al caballo (el proyecto) no es sencillo. Hay otros elementos de valor que pueden ser valiosos a la hora de evaluar proyectos. Tener una inversión previa es un valor agregado que The Hybrid toma en cuenta, pues significa que el empreendimiento ya pasó por un proceso de due dilligence por parte de los inversionistas y el resultado fue positivo.
Aliados clave: Tejer una red nutrida que respalde al emprendedor es un principio básico, pero la clave está en integrar un verdadero equipo que agregue valor. La aceleradora israelí apostó por integrar una alianza con tres grupos: el gobierno, el sector privado y la asociación Alumni 8200, formada por exmiembros del ejercito israelí que emprendieron sus propios proyectos de negocio.
Fuente: Unidos por Israel