La violencia que comenzó en las últimas semanas centrada en Jerusalén y que ayer llegó a su ápice, con enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas y misiles desde Gaza, ha llevado al país al borde de una guerra.
Hoy han caído sobre Israel 480 proyectiles desde la Franja de Gaza, según ha informado el Ejército israelí, 150 de ellos aterrizaron dentro del enclave palestino y unos 200 fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro.
Ha habido que lamentar víctimas civiles en Israel, por ahora dos mujeres, cuando un misil impactó en un edificio de la ciudad de Ashkelon.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad del gobernante en Gaza, la organización terrorista Hamás, ha reportado 28 muertos por los ataques de represalia israelíes y el Ejército israelí ha informado que por lo menos 15 son miembros de Hamás.
Además, ha habido manifestaciones violentas en diferentes ciudades árabes de Israel a lo largo de la noche pasada y del día de hoy, con un muerto.
El portavoz del Ejército de Israel, el general Hidai Zilberman, ha advertido hoy a los ciudadanos de Gaza no acercarse a los lugares desde los que se disparan proyectiles para evitar muertes y daños.
Cronología
Durante las últimas semanas se sucedieron violentos enfrentamientos entre judíos y musulmanes en Jerusalén y Cisjordania, y la escalada del fin de semana y del lunes, el Día de Jerusalén, ha sido la peor de los últimos cinco años, con centenares de palestinos y docenas de policías heridos.
En el Día de Jerusalén los israelíes conmemoran la recuperación de la parte oriental de la ciudad de manos jordanas en la Guerra de los seis días de 1967, y el hecho de que los judíos pudieron volver a rezar en el Muro de los Lamentos.
El Muro, que es el lugar más sagrado para el judaísmo, comparte recinto con el tercer lugar más sagrado para el islam, el complejo donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa. Todo el lugar los judíos lo llaman Monte del Templo y los musulmanes Haram esh-Sharif. Allí, y allí es donde la actual tormenta se está gestando.
“Hay varios elementos que nos han llevado a este nuevo brote de violencia”, explicó la experta en geopolítica Leah Soibel. “El primero, que se acerca el final del Ramadán, el mes sagrado musulmán, que suele traer consigo un repunte en la violencia en la región”.
Además, los israelíes celebraron el Día de Jerusalén “y su tradicional Marcha de la Bandera cuyo recorrido incluye la Puerta de Damasco para poder llegar al Muro de los Lamentos, una marcha percibida por los árabes israelíes y palestinos como provocativa en muchos casos”, explicó Soibel.
Se sumaba al ambiente ya caldeado el posible desahucio de cuatro familias palestinas de sus casas en el barrio jerosolimitano de Sheik Jarra, en árabe, o Shimon Hatzadik, en hebreo, donde fueron construidas en terreno que pertenecía a judíos y en estos días el caso de ambas partes se debate en la corte.
“Son muchos elementos en unos pocos días, además, no hay que olvidar que los palestinos iban a celebrar elecciones, parlamentarias y presidenciales, y el presidente Mahmud Abás las canceló bajo el pretexto de que Israel no permitía a los votantes de Jerusalén oriental ejercer su voto”, dijo la experta. “Cuando en realidad sabemos que la desunión y desarmonía interna palestina son las causantes del estancamiento político”, agregó.
Los tres puntos calientes de estos días son Jerusalén Oriental, con los roces y fricciones del mes del Ramadán, las aglomeraciones y la utilización política y la incitación que está en curso; en Cisjordania, que ha visto varios ataques terroristas en la última semana, entre ellos uno de gran magnitud abortado el pasado viernes cuando tres tiradores palestinos intentaron cruzar a Israel, y dos de ellos murieron tras tirotear a agentes de la Policía fronteriza, y otro en el que un atacante palestino baleó a tres jóvenes israelíes en una estación de autobús, matando a uno y dejando muy grave a otro. En Gaza, Hamás tampoco dio tregua, además de lanzar varios proyectiles, ha vuleto a volar globos incendiarios que han provocando fuegos en bosques y reservas naturales.
“La situación era realmente combustible, Jerusalén es el símbolo de cosas muy fundamentales para ambas partes, judíos y musulmanes, y cuando las cosas se exacerban, Jerusalén está en llamas”, explicó un analista político vinculado al Ministerio de Exteriores israelí que no puede revelar su nombre. “Este ciclo de violencia es muy desafortunado, empezó con unos vídeos de agresiones de palestinos a judíos en la red social Tik Tok y, 28 días después, se ha convertido en una batalla campal”, advirtió.
Ultimátum de Hamás
En la tarde del lunes, Hamás dio un ultimátum a Israel, exigiendo que retirase sus fuerzas del orden de la Explanada de las Mezquitas y del barrio de Sheik Jarra hasta las 6 de la tarde, de lo contrario, atacaría.
Y atacó seis minutos después de las 6, lanzando siete misiles hacia Jerusalén.
Las represalias israelíes no se demoraron, y desde anoche la lluvia de proyectiles sobre el país no cesa, por lo que el Ejército israelí reforzó su presencia en la frontera con Gaza.
Además, las autoridades israelíes han pedido a los residentes locales que permanezcan en sus casas y cerca de los refugios antiaéreos hasta nuevo aviso.