En todo momento Dios nos dice en su palabra que Él es nuestro protector, e incluso vemos en la Biblia cómo Él protegió a sus hijos de muchos peligros y les dio la victoria ante las circunstancias difíciles que pasaban. Tal es el caso de David, quien en muchas ocasiones clamo al Señor para que lo protegiera y Él le respondió.
David clamaba al Padre y le decía: “Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio”. Salmos 16:1. Cada uno de nosotros debemos declarar que el Señor es nuestro refugio, nuestra protección y que va delante de nosotros como poderoso gigante cuidando nuestra vida, la de nuestra familia, nuestros bienes, economía, trabajo, salud.
Existen personas que viven atemorizados porque creen que algo les pasará, es decir temor se apodera al pensar que pueden ser víctimas de un robo, alguna violencia, o simplemente han recibido amenazas de parte de alguien que quiere hacer daño. Pero justo en ese momento es cuando hay que declarar el Salmo 118: 6 “El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?.»
Apodérate de las promesas de Dios y declara palabra de protección para tu vida
• Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Salmos 32:7
• Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Salmos 46:1
• Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» Hebreos 13:6
• Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. Deuteronomio 31:6
• Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13
• Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor;
porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. Salmos 59:16
Por Andreina Fersaca