La adolescencia es una etapa difícil, no sólo para los mismos adolescentes, sino también para los padres, a quienes la comunicación con ellos se les convierte en un reto. Comienzan a experimentar cambios de humor, a hacer silencio en muchas ocasiones y a ocultar sus sentimientos. La soledad parecer ser su mejor aliado y las expresiones de alegría, tristeza, temor, derrota, éxito, parecen desaparecer.
Una buena comunicación con los adolescentes es primordial para llevar una vida en paz, esto implica intercambiar ideas y sentimientos. A veces creemos que ellos no quieren comunicarse, no tienen de qué hablar, pero es todo lo contrario, a esa edad es cuando más necesitan ser escuchados.
Es posible que pases todo el día con tu hijo o hija adolescente y pronuncie pocas palabras, pero justo cuando estas ocupado es el momento preciso en el que ellos abren su corazón, ese es el tiempo indicado para dejar de lado todas las ocupaciones, teléfono, televisor y otras distracciones para mostrar preocupación por ese adolescente. “Mirad, pues, cómo oís”, dice Lucas 18:8.
En ocasiones los adolescentes dicen “barbaridades”, tal vez alguna posición sobre un evento, o un plan de vida descabellado, o una idea repentina, esto en muchas ocasiones no se ajusta a la realidad, no simplemente no tiene nada que ver con los valores que se han inculcado en casa, pero lo primero que debemos hacer es calmarnos, si nos molestamos por esa opinión, sin explicarles que está mal que piensen de esa manera, entonces la comunicación no fluirá y esa oportunidad se conversación se habrá perdido.
Dice la Palabra de Dios, “Por esto, mis amados hermanos, todo el mar pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”. Santiago 1:19 Pon en práctica este versículo y pídele a Dios puedas ser un buen oidor, de esta manera tu comunicación será efectiva.
Por Andreina Fersaca