El cantante de República Dominicana, Juan Luis Guerra, se ha caracterizado por tener una personalidad única e inigualable, durante muchos años ha trasmitido a millones de personas, alegría, paz y amor por la música. Ahora estrena su nuevo álbum musical para celebrar sus 35 años de carrera.
“Literal” es el nombre de la nueva producción de Juan Luis Guerra, en varias entrevistas realizadas por distintos medios de comunicación, el dominicano manifestó que este término se hace viral en los jóvenes cuando lo que dicen es solo de esa manera. Su disco incluye bachata, salsa, merengue y jazz. El compositor y arreglista manifestó que “musicalmente hablando siempre soñó con que una de sus canciones fuera el tema de una película y ahora está sucediendo, uno de los temas será para un film animado de República Dominicana”.
Juan Luis Guerra es un cristiano que durante muchos años ha sido testimonio de fe para muchas personas, él es considerado como uno de los hombres en música secular que más trasmite el amor de Jesús por su carácter y paz al hablar. Para el cantante en la sociedad hay un gran problema de espiritualidad y por ello hay que seguir aportando un granito de arena para evangelizar.
En la canción “Son A Mamá”, Juan Luis Guerra invita a las personas a alabar a Dios, y dice su canción: “Tengo en mi la bendición, ya lo viejo pasó. Alabar a Dios, exaltaos su nombre por siempre. Oye bien lo que te dice la Biblia y escríbelo en el corazón, tus pecados y los míos mi hermano al fondo del mar los tiró”.
El cantante, compositor, arreglista, músico y productor dominicano ha aprovechado cualquier plataforma para alabar el nombre de Dios y ahora incluye en su álbum música de alabanza al Padre Celestial y asegura que jamás dejaría de cantar para el Eterno y de guiar a miles a que le exalten.
En el disco “Literal”, también hay una canción de crítica social en la que juzga algunas leyes como si no hubiera cielo, como si Dios no estuviera a cargo de todas las cosas. Se trata de un canto en contra del apego al dinero y a las personas que viven sin valores.
Por Andreina Fersaca