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Jesús no vino solo a darnos respuestas, sino a ser la respuesta

A veces parece que Dios no responde tus oraciones, ¿cierto? Es importante tomar en cuenta que Él nos responde y habla directamente por medio de Su palabra, allí están los consejos que buscamos. Además, la fe viene por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17) y la biblia es la fuente de fe que necesitamos todos los días.

En ocasiones oramos de forma muy general por muchos asuntos, y por eso no vemos una respuesta precisa por parte de Dios a nuestras oraciones, es importante ser más específicos en nuestras peticiones y así veremos soluciones claras y te darás cuenta que Él sí está respondiendo.

Cuanto más entendemos lo que dice la Biblia sobre Dios y sobre la oración, mejor oraremos, y durante la oración correcta y que agrada realmente a Dios, nuestros corazones son cambiados para entender mejor cómo obra Dios en nosotros y a nuestro alrededor.

Tener un buen entendimiento creciente de Dios, de nosotros y de la oración, nos hará esperar las respuestas de Dios como Él quiere que lo hagamos: Con gozo y con fe.

En Efesios 3:20 leemos que Dios “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros…”

1 Juan 5:14-15: “Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos”

Paciencia y Perseverancia

Dios puede responder muchas de tus oraciones en el mismo momento en que las haces. Sin embargo, muchas veces Él quiere que esperemos para que durante la espera lo conozcamos más (ser paciente y perseverante en la fe, es parte de orar). Solo porque aún no veas la respuesta a tu oración no significa que Dios te ignora.

Nuestras oraciones a veces son usadas por Dios para incrementar en nosotros un anhelo por el cumplimiento de Su voluntad.

Examina tu corazón

¿Por qué pides lo que pides? ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué es lo que más anhelas? Recuerda que Dios nunca concederá una petición que esté fuera de Su voluntad ya revelada (Juan 15:7), y que no provenga de un corazón realmente arrepentido y que ame a Dios cada día más.

Juan 9:31 afirma que Dios no escucha a pecadores, Salmos 109:7 sugiere que las oraciones de quienes no son hijos de Dios son pecado y Proverbios 28:9 dice que la oración del desobediente es una abominación a Dios. El Salmo 66 tiene mucho que decir sobre eso.

En contraste, la Palabra afirma en Proverbios 15:29 que Dios escucha a los justos, y en Santiago 5:16 que la oración del justo puede mucho.

La Biblia dice: “Deléitate en el Señor y Él concederá los deseos de tu corazón” (Salmos 37:4). Y es que cuando nos deleitamos en Él, deseamos lo que Él desea.

Por Andreina Fersaca