Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Grandes milagros están siendo testificados en el mundo

Los segundos, minutos, horas, días y años van pasando y a medida que el tiempo transcurre los milagros de Dios están siendo testificados en diferentes partes del mundo y a través de distintos medios, cumpliendo la palabra de Juan 3:11 “Lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos” y en Hechos 4:20 “No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.

Tal es el caso de la pequeña de tres meses Paisley; sus padres Carissa y Mateo Hatfield, la trasladaron al Hospital Infantil de Cincinnati en Liberty Township al observar que su pequeña tenía deficiencias en su ojo y rostro. Al realizarle exámenes de resonancia magnética y una tomografía computarizada los doctores anunciaron la desbastadora noticia de que la bebé tenía un tumor maligno cerebral.

Los padres de Paisley decidieron orar fervientemente y la respuesta de Dios fue inmediata. Carissa narró lo que sucedió cuando le realizaron nuevamente los exámenes a la pequeña: “Al entrar al consultorio el doctor tenía una mirada confusa en su rostro”. De pronto el cirujano dijo: “Sus oraciones deben haber funcionado, porque el resultado de la biopsia salió negativo. No había nada allí”, y añadió: “No tengo ninguna explicación. Nunca he visto esto en todo mi tiempo como especialista”.

Otro milagro hecho público fue el de Fran Viana, una niña de 4 años de edad, quien fue diagnosticada por el otorrino con pérdida de audición severa, los médicos aseguraban que a los 10 años quedaría completamente sorda.

Los padres de Fran Viana no aceptaron tal declaración y se aferraron a Dios, creyendo que Él haría un milagro en la vida de su hija. “Recuerdo que un día, Viana empezó a vomitar sin control, me desesperé y solo pude clamar por un milagro. En mi aflicción, fuimos a una iglesia cercana. El pastor oró por ella con la misma fe que yo tenía. No pasó mucho tiempo cuando el poder sanador de Cristo obró. Cuando ella entró a la iglesia fue sanada al instante. Fue una experiencia maravillosa de fe. Ella sintió el poder de Dios que curaba su oído», explicó la madre de la pequeña.

Estos y otros milagros se están observando en todo el mundo, son miles y millones las maravillas que Dios hace según sea su voluntad. Tal vez muchos preguntarán cómo es que Jesús escuchó el clamor de estas personas que ahora testifican su poder, la respuesta puede ser: creer, fe, oración y obediencia.

Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible. Marcos 10:27

Por Andreina Fersaca