En la vida siempre existirán dos caminos, uno correcto y uno equivocado. Constantemente estamos paseándonos en decisiones y en recorridos que en ocasiones nos sabemos cuál elegir, lo cierto es que no podemos andar por dos lugares al mismo tiempo y de eso se trata, de tomar la mejor decisión.
Cualquiera que sea la decisión que vayamos a tomar en cuanto al camino a recorrer, bien sea a nivel económico, laboral, familiar, sentimental, etc, va a requerir renuncia y sacrificio, hay que dejar el otro camino y tomar el correcto, pero cuando se decide por la voluntad de Dios, a nuestra vida llegará felicidad y abundancia.
“Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la destrucción. Mucha gente toma ese camino. En cambio, la puerta que lleva a la verdadera vida es muy angosta, el camino muy duro y sólo unos pocos lo encuentran”. Mateo 7:13-14
Nuestro Padre Celestial afirma con claridad y sin titubeos cual es el camino que debemos recorrer, se trata de una vida en Dios, lleno de su amor y su misericordia. Se trata de tomar la decisión y con él hacer la voluntad de Dios sea cual sea, es decir rendirte ante su presencia y saber que cual sea la circunstancia él estará allí.
En el libro de Deuteronomio 30:15-16 dice: “Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal; 16pues te ordeno hoy amar al SEÑOR tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el SEÑOR tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla”.
Dios es claro cuando nos dice que delante de nosotros está el camino del bien y el mal, se trata de un camino de felicidad si escogemos el lugar correcto, es decir acatando los mandamientos del Padre. No se trata solo de poseer la tierra que el Señor nos prometió, tiene que ver con vivir en abundancia, en constantes bendiciones.
Por Andreina Fersaca