Hace muchos años lo mejor que una persona podía desear a otra era paz, el saludo era Shalom que significa la paz esté contigo, es decir que todo en tu vida esté bien. Ahora pareciera que muchos carecen de este estado de tranquilidad y quietud que tanto hace falta en el día a día.
Los pleitos, inseguridades, temores y problemas permiten un desequilibrio en el ser humano, logrando prevalecer sobre la calma que debería mantenerse en nuestras vidas permanentemente, por eso es importante anhelar la paz y buscarla en el lugar correcto, para así hallarla y gozar de ella para siempre.
La paz interior viene de Jesucristo, y cuando lo rechazamos como parte de nuestra vida buscamos resolver las situaciones por nuestros propios medios, desconociendo a un Ser Supremo capaz de llevar las cargas de cada persona por muy pesadas que sean.
Existen dos estados emocionales que prioritariamente nos roban la paz:
-El Temor: El miedo al futuro nos desequilibra y Jesús señalo cuatro grandes cosas por las que el individuo se inquieta: qué comer, qué vestir, qué beber y dónde dormir. Pero el Rey de Reyes nos dejó la respuesta en Mateo 6:31-34 “Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”… el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”.
-El afán y la ansiedad: En la calle se observa y se siente el desasosiego de la gente. Pero Jesús nos dice en Juan 14:27 “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”. La paz del mundo se trata de una estabilidad económica y social, sin embargo Dios nunca falla y la tranquilidad que buscamos está en la confianza que tenemos en él.
En su presencia hallarás Paz
La paz viene de una relación con Dios, en la intimidad con él y en medio de la alabanza y la oración podemos entender que lo que está escrito en Isaías 26-3 “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía” y si logras creer lo que dice Jesús: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”, Juan 16-33, encontrarás la Paz que sobrepasa todo entendimiento humano.
Por Andreina Fersaca