Anhelas estar cerca de Dios pero te sientes lejos, tal vez algo le falta a tu relación con Dios, y es porque hace falta enamorarse de más del Señor.
El estar enamorado trae consigo acciones, la necesidad de estar cerca del ser amado, de agradarle, hay alegría y satisfacción de poder compartirlo todo.
El amor de Dios es lo más constante que existe, a Él no le hace falta enamorarse de ti, porque él siempre está amando, su amor es eterno. La necesidad de enamorarse está en ti, en corresponder a tanto amor, en cultivar esa relación con Él, en tener un acercamiento real, íntimo y personal.
Es necesario llegar a conocer íntimamente a Dios para poder experimentar su amor, desear realmente su compañía, dejarse envolver en su presencia, olvidando todo lo que sucede alrededor, tener tiempo de calidad con Él, Buscad a Jehová y su poder, buscad su rostro continuamente.
Dios sigue estando ahí, su amor por ti no cambia. Él aún espera cada día ese encuentro contigo, a veces la soledad o esos extraños sentimientos de que algo falta es solo la necesidad de estar cerca de Él, es tu corazón que lo anhela.
Enamorarte de Dios, más que sentimientos, es una serie de acciones que alimentan tu relación con Él, estar interesado en hacer su voluntad, cumplir lo que Él desea, en buscarlo cada instante, mostrar agradecimiento, compartir tus sueños y una comunicación constante.
Tan grande es el amor de Dios, que a pesar de los errores que cometemos permanece intacto, pero no podemos olvidarnos de corresponderlo, de cuidarlo, de hacer todo lo posible por mantenerlo en nosotros, que las circunstancias no te alejen, más bien sean oportunidades para demostrarle que confías y esperas en Él, aprovecha cada uno de tus días para demostrarle cuanto lo amas.
“Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo”, Lucas 10:27
Por Andreina Fersaca