La administración del tiempo es una habilidad esencial en la vida diaria. En un mundo saturado de compromisos, distracciones y tareas interminables, aprender a gestionar el tiempo no solo es práctico, sino también espiritual. La Biblia, aunque no habla directamente de «gestión del tiempo» con ese término moderno, está repleta de principios que nos enseñan a vivir con propósito, diligencia y sabiduría. Este artículo explora cómo administrar el tiempo a la luz de las Escrituras.
1. El Tiempo es un regalo de Dios
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
— Eclesiastés 3:1
La Biblia reconoce que el tiempo no nos pertenece. Es un regalo que Dios nos ha dado, y como buenos administradores, somos responsables de cómo lo usamos. Eclesiastés 3 nos recuerda que hay un tiempo para cada cosa: llorar, reír, trabajar, descansar. Esto implica la necesidad de equilibrio y discernimiento.
2. Vivir con Propósito y Sabiduría
“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”
— Efesios 5:16“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.”
— Salmo 90:12
Pablo exhorta a los creyentes a “aprovechar bien el tiempo”. En un contexto donde la distracción es fácil, este pasaje llama a vivir con intencionalidad. Moisés, en el Salmo 90, clama por sabiduría para valorar nuestros días y vivir de manera significativa.
3. La Prioridad de lo Espiritual
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
— Mateo 6:33
Una correcta administración del tiempo comienza con poner a Dios en primer lugar. Cuando priorizamos la comunión con Él —en oración, lectura bíblica y servicio—, las demás actividades encuentran su lugar. El desorden en nuestra agenda muchas veces refleja un corazón desordenado en sus prioridades.
4. Trabajo Diligente vs. Pereza
“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada.”
— Proverbios 13:4
La Biblia no ensalza la inactividad ni la procrastinación. El libro de Proverbios es claro en destacar la importancia de la diligencia. El tiempo malgastado en ocio improductivo o en pereza afecta nuestras metas, relaciones y testimonio cristiano.
5. Descanso y Ritmo Divino
“Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios.”
— Éxodo 20:9-10
Dios mismo instituyó el descanso, no como una sugerencia, sino como un mandato. En nuestra gestión del tiempo, también debemos apartar momentos para restaurarnos física, emocional y espiritualmente. Ignorar el descanso no es eficiencia, es desobediencia.
Conclusión
Administrar el tiempo a la luz de la Biblia no es simplemente una cuestión de productividad, sino de obediencia y fidelidad a Dios. Cada minuto es una oportunidad de glorificarle en lo que hacemos, ya sea en el trabajo, en el hogar o en el servicio a los demás.
Vivir con sabiduría, priorizando lo eterno sobre lo temporal, nos permite reflejar el carácter de Cristo y vivir con propósito en un mundo que corre sin dirección.
“Y todo lo que hacéis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
— Colosenses 3:23