Jesús habló en sus múltiples mensajes sobre “reino”, muchos no comprendían lo que quería decir, pensaban que se trataba de un objeto, o algo tangible, tal vez una persona, el caso es que muchas personas empezaron a esperar al reino, hasta que Jesús fue claro en decir que el “reino había llegado”, lo que muchos no sabían es que el reino era él, era Jesús, se trataba del gobierno de Dios en la tierra.
Dice la Palabra en Mateo 4:17 que Jesús comenzó a predicar y a decir “arrepentíos” porque el reino de los cielos se ha acercado. Los fariseos le preguntaron sobre el reino, y él respondió que el reino no iba a venir, porque el reino ya está aquí. Lo que quiso decir el Maestro con todo esto que Dios ya estaba gobernando en la tierra, ya estaba en la vida de las multitudes. “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. Mateo 4:23
Cuando hablamos de “cultura de reino”, quiere decir que cada uno de nosotros debe vivir conforme a la gobernabilidad de Dios, a sus mandamientos y a sus regalos y bendiciones, debemos actuar como sus hijos y caminar en este mundo conforme sea su propósito en nosotros.
Si el reino es el gobierno de Dios en la tierra, y allí es donde vivimos todos los seres humanos, entonces Dios es nuestro gobernador y nuestra autoridad, es nuestra representatividad. El reino también es replicar en la tierra lo que está en el cielo, y allí hay justicia, verdad, prosperidad, salud y una gran cantidad de bendiciones que vienen a nuestras vidas.
Los hijos de Dios son del reino, es decir somos diferentes en la forma de como hablamos, actuamos, oramos, trabajamos, en fin tenemos sangre real, porque somos hijos del Rey de Reyes y vivimos conforme a la Palabra de Dios. Así que tenemos que orar para que el reino de Dios venga con poder a nuestras vidas, a nuestro matrimonio, nuestra familia y a nuestro entorno.
Por Andreina Fersaca