El mayor influenciador es Jesucristo

En estos tiempos la palabra “influencer” se ha convertido en una palabra de moda, es decir todos quieren de una y otra manera ser influenciadores en la vida de las personas, algunos a través de las redes sociales, otros a nivel personal o en un círculo social. Lo cierto es que actualmente gana ventaja quien tenga más seguidores, es decir ese líder que gana con la aprobación de una gran cantidad de personas.

En las redes sociales es donde más se destaca el hecho que mientras más seguidores y likes tengas, más influencia tienes sobre los demás. Hay personas que ganan “me gustas” y ganan personas a través de la falsedad, es decir mostrándose como realmente no lo son, colocando imágenes falsas, maquillando su rostro con aplicaciones digitales, colocando frases plagiadas y no auténticas de su pensamiento, en fin, todo ello para ser popular.

Pero es importante observar esta situación desde la lupa de la Palabra de Dios, porque el verdadero influenciador en nuestras vidas se llama Jesucristo. Él en su caminar por esta tierra nos demostró que realmente era un líder, un “influencer”, pero lo hacía desde la humildad, el amor, mostrándose tal cual era, sin falsedades y sin dañar a nadie. Él no se exaltaba por la victoria, vanagloriarse no le correspondía, porque la Gloria era solo para el Padre Celestial.

En Filipenses 2:3-9 dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”.

Cada uno de nosotros debe imitar la figura de Jesús, trabajar para el Reino de Dios y buscar solo la aprobación del Padre, sin que el número de personas que nos sigan se convierta en prioridad para poder influenciar, lo importante es convertirse en un líder capaz de guiar, de dar consejos desde la Palabra de Dios. La Biblia dice que el Señor ve al altivo de lejos, entonces se humilde y trabaja influenciando desde el amor.

Por Andreina Fersaca