El ejemplo de una mujer misionera en Alaska

Al noroeste de Canadá está ubicada Alaska, un lugar que a muchos solo al escuchar el nombre les da un frío sofocante, porque es un sitio lleno de montañas, bosques, nieve y de pueblos muy pequeños. Este estado tiene la cima más alta de América del Norte.

Justo en ese lugar, perteneciente a los Estados Unidos, específicamente en Anchorage, se encuentra una mujer de 72 años de edad que actualmente es reconocida por miles de personas. La razón es porque su corazón misionero y su amor por el evangelio ha hecho que muchas personas conozcan a Cristo.

Alice Green, es el nombre de esta abuelita que aún continúa evangelizando. Desde muy joven despertaba muy temprano para llenarse de la presencia de Dios y orar al Padre Celestial, luego tomaba un trineo y acompañada de unos perros que la trasladaban, llegaba a varios pueblos de Alaska, los más pequeños y apartados, justo allí comenzaba a hablar sobre el amor de Jesús.

Así fueron pasando los años y ella se iba dando a conocer por su testimonio de amor por los perdidos. No solamente hacía esta labor de evangelismo, también llegó a trabajar en distintos centros asistenciales de Alaska para ayudar a los enfermos y participó en diferentes obras sociales.

Amor por el prójimo

Alice Green es conocida por su labor misionera, sobre todo por la labor realizada en una población llamada Savoonga, allí según la información suministrada por varios medios de comunicación, todas las personas se convirtieron a Cristo gracias al trabajo de evangelismo que ella realizó.

Cabe destacar que el conocido evangelista Franklin Graham, en una de sus multitudinarias cruzadas, hizo referencia al trabajo de Alice y la exalto diciendo: «Hacer una diferencia en la vida de una sola persona es significativo. Nuestras vidas tienen significado y propósito. Algunos pueden pensar que esto significa impactar miles de vidas o ser conocido por muchos, pero eso no es cierto».

Por Andreina Fersaca