Dios tuvo misericordia con el pueblo de Carolina del Norte

Desde hace varias semanas las predicciones sobre el huracán Florence eran catastróficas. Los meteorólogos afirmaban que sería la tormenta más fuerte de la historia de los Estados Unidos hasta la fecha y en vista de las predicciones comenzaron las evacuaciones de miles de familias. A propósito de tal información el pueblo cristiano se activo en oración para clamar a Dios por la protección de las familias y el cese del huracán.

La respuesta de Dios no tardó,  justo antes de golpear a la costa, en Carolina del Norte y Sur, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (EEUU), informó que Florence se degradó a categoría 2; sin embargo si causó pérdidas materiales y humanas. Diez días después del paso de la tormenta la cifra manejada es de 43 fallecidos y más de 50 mil millones de $ en pérdidas materiales, lo que lo califica como el más costoso de la historia. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, llamo a la población a no exponerse al peligro, tomando en cuenta que existen muchas zonas desbastadas y carreteras cerradas.

Iglesias siguen los pasos de Jesús: Amor al prójimo 

Actualmente miles de familias se encuentran en refugios, muchos perdieron sus bienes y otros atendidos por delicado estado de salud. Una de las novedades fue la mega iglesia C3 en Clayton, ubicada en Carolina del Norte, que se convirtió en refugio médico improvisado, habilitados con el propósito de brindar ayuda y seguridad a personas afectadas por el huracán.

El pastor Matt Fry quería que su iglesia participara de forma activa en cuanto al tema de Florencia y determinó abrir la congregación para ayudar al prójimo.  Dijo que después de haber visto el daño causado por el huracán Matthew en 2016, tuvo la iniciativa de llamar a los funcionarios del condado antes de la tormenta y ofreció voluntariamente la iglesia para ser utilizada como refugio.

El lugar cuenta con 72 profesionales de la medicina suministrados por el Cuerpo de Comisionados del Servicio de Salud Pública de los EE. UU y un grupo significativo de voluntarios cristianos. Además el equipo de la congregación evangeliza a los refugiados, imparte estudios bíblicos y oraciones constantes por la población y cada una de las personas que llega a la iglesia.

«Es increíble. Lo que sucedió es que comenzamos con una misión para ayudar a las personas. Antes de que llegara la tormenta, nuestra iglesia se transformó en un hospital. Pero ahora, ¿qué pasó con nosotros y que los pacientes y el personal médico en nuestra iglesia, nos hemos convertido en familia «, dijo Fry.

La iglesia Port City Community Church también se han dedicado a ayudar a las víctimas del huracán Florence, Ed y Marian Stinnette están a cargo de las labores y creen en que Dios se va a glorificar en medio de su pueblo. Ellos se unieron a Samaritan’s Purse una organización de ayuda humanitaria evangélica con sede en Boone, Carolina del Norte.

Todd Taylor, gerente del programa de ayuda en desastres de Estados Unidos para Samaritan’s Purse, dijo: «En este momento, estamos enfocados en la etapa de limpieza, eso incluye cortar árboles, cubrir los techos con plástico azul para evitar daños adicionales y fugas, eliminar el contenido de las casas inundadas, así como quitar los pisos de yeso y tratar de hacer que las casas afectadas por las inundaciones estén listas para la reconstrucción».

Convoy of Hope, una organización cristiana con sede en Springfield, Missouri, se está asociando con Port City Community Church para distribuir suministros desde el campus de la iglesia en Wilmington, Carolina del Norte.

Por Andreina Fersaca