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Dios tiene bendiciones preparadas para sus hijos

En Génesis, el primer libro de la Biblia, vemos cómo Dios iba creando los cielos, la tierra, el mar, el sol, las estrellas y todo un lugar hermoso para que el hombre habitara; cuando todo estaba listo creó a Adán, quien disfruto de las bendiciones de Dios sin tener que preocuparse por alimento, vestido, calzado, ni ninguna otra circunstancia por las que hoy en día nos afanamos.

Dios había preparado todo para que su creación (Adán), disfrutara de esa bendición. El Señor lo había colocado en un jardín sin escasez, miseria, enfermedad, ruina, tristeza. Esa es la intención de Dios desde su creación, que todos sus hijos disfruten de una vida plena.

Dios tiene bendiciones preparadas para ti, Él te entregará esos regalos en su tiempo perfecto, justo en el momento cuando Él lo determine. El trabajo, el esposo, la casa, el negocio, el ascenso y todo lo que necesitas ya tiene tu nombre, porque Dios ya lo preparó para ti y te lo dará cuando termine la obra en tu vida.

Muchas veces no estamos preparados para recibir las bendiciones que Dios tiene para cada uno de nosotros. Él está trabajando en nuestras vidas capacitándonos en su Palabra, cambiando nuestra mente y librándonos de lo que no es agradable para nuestras vidas.

Las circunstancias y las pruebas que puedas estar pasando no son limitantes para que Dios te bendiga. Es importante que veas más allá de los problemas y sepas que Dios tiene bendiciones preparadas para ti, lo que estás esperando ya está reservado con tu nombre y el Señor premia tu fidelidad, amor y obediencia.

Es necesario estar dispuesto a alcanzar esas bendiciones preparadas, hay que confiar en Dios y cambiar la mentalidad de preocupación, a una mentalidad de fe. Muchas veces para llegar a lo que El Señor tiene para nosotros hay que dejar de lado muchas cosas y caminar en obediencia; la comodidad no nos permite tomar decisiones sabias y nos quedamos con lo que tenemos, pero Dios tiene cosas más abundantes de la que nos imaginamos, pero hay que dar un paso de fe.

A veces vemos al vecino, amigo, jefe y familiares siendo bendecimos y sentimos en nuestro corazón envidia, y pensamos ¿Señor porque yo no tengo lo que él tiene?, pero nuestra oración debe cambiar, debemos orar diciendo: “Padre dame lo que tienes preparado para mí”. No codicies la bendición de los demás, porque Dios tiene cosas hermosas reservadas para ti y tiene tu nombre, es decir no se lo dará a otra persona.

Agradece las bendiciones

En Deuteronomio 8 vemos el deseo de Dios para nosotros. Él quiere que vivamos en abundancia, que tengamos una vida pena, pero también hace hincapié en que el agradecimiento que debemos tener en todo momento por las bendiciones que no da.

“Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios por la tierra buena que te habrá dado. Pero ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. No dejes de cumplir sus mandamientos, normas y preceptos que yo te mando hoy. Y cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites, cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas, no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo”. Deuteronomio 8: 10-14

Por Andreina Fersaca