Dios proporciona más seguridad que el dinero

Disfrutar la vida es un don de Dios. Si hoy abrimos los ojos y respiramos, es porque tenemos un propósito que cumplir. Aunque nuestras circunstancias no sean las más fáciles y estemos pasando por momentos de dificultad, su amor, su misericordia, su protección y su bondad, son el mayor tesoro que hoy podemos poseer.

En donde estén nuestros pensamientos y en lo que más ocupa nuestro tiempo, allí está nuestro corazón. Acumular riquezas no puede convertirse en nuestra razón de vida; volvemos el trabajo una carga, cuando es una bendición y nuestros esfuerzos se van en los afanes diarios, desatendiendo nuestra familia y nuestra relación personal con Dios.

El Señor nos da el privilegio de tener un trabajo; sin importar el cargo o la posición que hoy tengamos, debemos esforzarnos por ser de bendición para otros. Recordemos que ningún bien material nos llevaremos cuando partamos de este mundo, la mejor herencia que podemos dejar a las personas que nos rodean, es el tiempo de calidad dedicado a cada uno de ellos, el fruto de nuestro ejemplo y el testimonio que demos durante nuestro paso por ésta tierra.

El dinero no es la solución

Mucha gente cree que el dinero es lo único que puede resolver los problemas, y no es así, ¡el dinero nunca podrá proporcionar por sí solo la seguridad!

Las riquezas materiales son inestables porque un buen negocio u empleo puede traer mucho dinero, bienes y riquezas, pero una mala administración hace que lo perdamos rápidamente, y a veces poco disfrutables, porque el afán de querer conservarlos y aumentarlos nos esclaviza impidiendo que los disfrutemos.

Puede ser que no seas alguien económicamente rico, si una personas que trabaja muy duro y tiene lo necesario para sustentarse y espera algún dinero para lograr comprar cosas adicionales, pero no pongas tu mirada únicamente en aumentar tus bienes. Jesús dijo también que “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.

Recuerda

1- Dios es el dueño de todo.

2- El dinero nunca es un fin en sí mismo, sino principalmente una fuente para alcanzar otras metas y deberes.

3- Gasta menos de lo que ganes y hazlo así por mucho tiempo, de seguro tendrás éxito económicamente.

El principio de Dios es confianza, Él te bendecirá a ti, a tus hijos y a los hijos de tus hijos (Proverbios 13: 22).

La verdadera felicidad la hallamos en el contentamiento que adquiramos en cualquier situación en la que nos encontremos. El punto no es si somos ricos o pobres, sino en identificar aquello que nos da paz y tranquilidad; la encontramos en la sonrisa de nuestros hijos, el descanso en nuestro hogar y en el fruto de nuestro servicio a Dios.

“Esto es lo que he comprobado: que en esta vida lo mejor es comer y beber, y disfrutar del fruto de nuestros afanes. Es lo que Dios nos ha concedido; es lo que nos ha tocado. Además, a quien Dios le concede abundancia y riquezas, también le concede comer de ellas, y tomar su parte y disfrutar de sus afanes, pues esto es don de Dios. Y, como Dios le llena de alegría el corazón, muy poco reflexiona el hombre en cuanto a su vida”. Eclesiastés 5:18-20

Por Andreina Fersaca