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Dios promete a sus hijos sanidad física, espiritual y emocional si son obedientes a sus mandamientos

Dios es el sanador de su pueblo, y en el escenario más difícil Dios muestra su gloria. Según Éxodo 15:22, Israel estaba en el desierto, habían transcurrido tres días sin agua, y las que encontraban eran amargas, por eso son llamadas las aguas de Mara (aún hoy día, hay allí aguas saladas y amargas, no potables), pero Dios mostró su poder, transformado totalmente la situación, Él quien es capaz de  cambiar los panoramas y los sabores.

La promesa que Dios le dio al pueblo de Israel fue que Él sería su Sanador, les prometió que al ellos obedecerle estarían libres de todas las enfermedades de Egipto. Dios deseaba que experimentaran una sanidad total y completa, además quería ver a su pueblo viviendo diariamente en obediencia, y como resultado le conocerían como Jehová- Rafa, “Yo Soy Tu Sanador”. La palabra Sanador (hebreo: rapha) significa curar, reparar, enmendar, restaurar la salud. El Señor es el médico para restaurar salud física, emocional y espiritual.

Hoy en día la promesa de Dios sigue en pie, sigue siendo un Dios que sana y restaura nuestras vidas. El Salmista nos dice que, “El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias” (Salmos 103:3). Dios no solo nos perdona de nuestros pecados, pero dentro de nuestra Salvación se encuentra nuestra “Sanidad Divina.” La voluntad de Dios hoy día es que le conozcamos a Él como nuestro Sanador. Dentro de esta sanidad no solo se encuentra nuestra sanidad física, pero aun sanidad espiritual y emocional.

y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Éxodo 15:26

Por Andreina Fersaca