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Dios escoge a sus hijos para influenciar el mundo

A todos nos gustaría dejar una huella positiva, que impacte la vida de otros, pero este logro solo dependerá de nuestra condición espiritual, pues a nuestro Padre celestial le interesa cuánto impacto causamos en otros espiritualmente, ya que esto determina el destino eterno de los que nos rodean.

Para ilustrar la influencia que debemos tener en los demás, el Señor Jesús utilizó la sal como ejemplo, un producto casero que altera todo lo que toca. De igual manera cuando otros vean nuestras vidas transformadas, deberían ser influenciados poderosamente.

«Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.», Mateo 5:13

Cuando el Señor nos dice: «Vosotros sois la sal de la tierra» quiere decir que nos ha puesto en este mundo para conservarla de la corrupción, para dar sabor a su insipidez y aún para endulzarla, ya que la sal acentúa el sabor dulce en los alimentos, aquí sería para refrescar y endulzar la vida de tantas personas que necesitan de la dulzura y el amor del Señor. Por eso es tan importante formar el carácter y crecer en los principios cristianos, porque van a ser puestos en contacto con la humanidad y tienen como objetivo detener la corrupción y dar sabor a su insipidez.

El Señor enseñó que la sal debe mantener su pureza e integridad para tener un efecto duradero. De la misma manera, nosotros amemos las cosas de Dios para conservar nuestra pureza y aborrezcamos las cosas del mundo que nos contaminan. Nunca olvidemos que tenemos la capacidad de influenciar a los demás, ya sea para bien o para mal, por eso seamos un buen ejemplo.

Por Andreina Fersaca