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¿Deseas ser perdonado?

Siempre que fallamos, al desobedecer uno de los mandamientos de Dios, pecamos contra Él. Siempre que hacemos daño a otra persona, no sólo pecamos contra ella, sino también contra Dios. Cuando vemos la enorme misericordia de Dios al perdonarnos todas nuestras transgresiones, nos damos cuenta de que no tenemos derecho a retener esta gracia para con otros. Hemos pecado infinitamente más contra Dios que lo que cualquier persona pueda pecar contra nosotros. Si Dios nos perdona tanto, ¿cómo podemos rehusar perdonar a otros tan poco?

Jesús envía a sus Discípulos a predicar el Evangelio, a llevar las buenas nuevas de Salvación a todas partes, cuando les dice (Juan 20:21) esto fue después de la Resurrección… 22 Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. 23 A los que remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengan, les han sido retenidos”. (Juan 20: 22-23)

Por lo tanto, el pasaje de Juan 20:23 significa esto: Ustedes han recibido mi Espíritu Santo y les he dado autoridad para predicar el evangelio.  A todos los que creyeren en el evangelio le serán perdonados (remitidos) los pecados, y a todos los que no creyeren, no le serán perdonados (retenidos) sus pecados.

Jesús detalla la misión de los discípulos: predicar las buenas nuevas de Jesús de manera que los pecados de la gente pudieran perdonarse. Los discípulos no tenían el poder para perdonar pecados (solo Dios puede perdonarlos, pero Jesús les dio el privilegio de decir a los nuevos creyentes que sus pecados le eran perdonados por aceptar el mensaje  de Jesús. Todos los creyentes tienen este mismo privilegio. Podemos anunciar el perdón de pecados cuando con certeza hemos encontrado el arrepentimiento y la fe.

Si esperas ser perdonado no retengas el perdón a nadie recuerda que Dios no nos puso como jueces (1Juan 2.1), sino como mensajeros, y si alguien te falta  aplica las instrucciones de Mateo 18.15-17 esperando siempre  ganar al hermano, este será siempre el principal propósito.

 

Por Andreina Fersaca