Cultiva la paz en tu corazón

Tal vez hoy es uno de esos días cuando sientes ansiedad, preocupación, desasosiego y esa sensación de incredulidad que te lleva a dejarlo todo y no seguir adelante. Esto se llama falta de paz y de confianza en que tienes la capacidad de lograr lo que te propongas con la ayuda de Dios.

Algunas personas anhelan paz en su vida con todas sus fuerzas pero no saben cómo encontrarla, otros no la buscan porque creen que es imposible sentir tranquilidad en medio de una tribulación, pero la Palabra de Dios, que es una verdad absoluta, dice que Dios es el dador de la paz absoluta, una paz eterna que sobrepasa todo entendimiento humano. “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. Juan 16:33

Existen dos tipos de paz que el ser humano podría experimentar, una pasajera que es la que se siente cuando en tu vida todo está bien, no estás pasando por ninguna situación, ni tienes preocupaciones, se trata de una paz momentánea porque puede durar horas, o algunos días, pero posteriormente viene la prueba o algún conflicto o escenario que te roba la paz.

La paz eterna es distinta, solo la da Dios, es real y difícil de explicar ante los ojos de muchos. Para entender esta tranquilidad hay que vivirla, ella te mantiene firme y confiado a pesar de las desavenencias de la vida.  El Señor promete darnos paz y nos dice en su palabra que de nada vale afanarnos. “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:6-7 

Para obtener la paz de Dios solo tienes que buscar a Jesús, entrega tu vida a Él y recíbelo como tu Padre. Él está dispuesto a regalarte esa paz que tanto anhelas, pero debes pedírsela. “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.” Números 6:24-26 

Por Andreina Fersaca

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