Cuando sientas temor coloca los ojos en el Dios protector

Dice la Palabra en 2 Timoteo 1:7 «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio». El temor no es sólo una reacción a las circunstancias externas, es también una fuerza espiritual. Empieza en nuestro interior, y es muy destructivo.

Un ejemplo excelente de esto lo encontramos en Mateo 14, cuando Jesús invitó a Pedro a que se acercara a Él sobre el agua. «Pero al ver Pedro el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame¡

¿Qué le dio a Pedro la confianza para caminar sobre el agua? Su fe en la Palabra de Jesús. ¿Qué provocó que Pedro empezara a hundirse? Él sintió el fuerte viento y se llenó de temor. No fue el viento que lo venció, sino el temor a éste. Él miró las circunstancias, cedió al temor y el resultado fue la derrota. Si Pedro hubiera mantenido su mirada en Jesús, su fe nunca habría titubeado. Todo el bramido y el violento viento del mundo no hubieran permitido que este varón de Dios se desviara del propósito de Dios.

La fe crece cuando meditamos en la Palabra de Dios, esta es la espada del Espíritu, por tal motivo debemos aprender a usarla cuando tengamos alguna circunstancia. Levanta tu escudo de fe y así las desavenencias se irán. Dios te acompaña y está contigo siempre cuando creas en que Él tiene poder para protegerte.

“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. Isaías 41:10. Dios ha prometido cuidarte y protegerte. El es un Padre amoroso y misericordioso, pero también es protector, el miedo no debe tener cabida en tu vida porque Él sale por ti a librar una batalla que ganará con seguridad.

Por Andreina Fersaca