¿Cuál es la autoestima correcta?

Ese sentimiento de aceptación y aprecio que se tiene de uno mismo tiene que ver con nuestra autoestima. Siguiendo con la reflexión acerca de la autoimagen, el valor que nos damos a nosotros mismos es importante y los seres humanos podemos llegar a desarrollar 3 tipos: baja, alta y equilibrada.

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”. Romanos 12:2

Autoestima baja: Son las personas que presentan características en su personalidad como inseguridad, rendimiento bajo, no logran lo que se proponen, son dañadas fácilmente y siempre atribuyen lo que les sucede a agentes externos, sin asumir su propia responsabilidad.  Además, se autocritican, se condenan, siente rechazo social y además no participan activamente en grupos sociales, todo ello conlleva a depresión y a situaciones extremas.

Autoestima alta: Este tipo de personalidad es totalmente extrema, porque se empiezan a manifestar actitudes que a Dios no le agradan, como es el caso de la altivez, orgullo, arrogancia, autosuficiencia, independencia y liderazgo negativo, pero todo ello conlleva a que estas personas tengan problemas en la sociedad de aceptación por su imposición.

Autoestima Equilibrada: Luego de analizar las dos primeras clases de autoestima, vemos que esta es la correcta que cada ser humano debe adoptar para su vida. La razón es porque en esta etapa las personas están conscientes de quienes son y tiene un concepto de sí mismos correcto, sin que se menosprecien, pero tampoco sin que se crean más que nadie, porque Dios nos hizo a todos por igual y a su imagen y semejanza.

Es necesario que creamos en cada una de las palabras que Dios tiene para nosotros. En Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”, es decir que es importante que estemos convencidos de lo que somos en Cristo Jesús y en el concepto que Él tiene de cada uno, sin aceptar lo que la sociedad dice y nos impone. Cuando estamos en la presencia de Dios podemos experimentar el gran amor que nuestros Padre Celestial siente por nosotros y nos hará sentir lo que significamos realmente.

Por Andreina Fersaca