Hombres y mujeres de Honduras han tomado una difícil decisión: dejar su país para buscar una mejor calidad de vida, muchos sin saber cuál será su destino o el de su familia. Más de una semana han caminado y han sido protagonistas no sólo de las primeras páginas de los medios de comunicación, sino también del cansancio, incertidumbre, hambre e inseguridad.
Según las estadísticas del Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras, son casi 4.000 migrantes, entre ellos 1.200 menores de edad, quienes insisten en que su destino sea los Estados Unidos. Ante esta situación los cristianos han actuado en oración y se han pronunciado públicamente para instar a las autoridades a respetar la vida de las familias.
El cantante y compositor mexicano, Jesús Adrián Romero se pronunció ante la crisis migratoria, a través de las redes sociales escribió: “Hondureños, mexicanos, salvadoreños, estadounidenses, guatemalteco, etc,… todos somos humanos hermanos” y agregó “como miembros de la raza humana, nadie es ilegal”.
Kevin Jenkins, presidente de la organización humanitaria cristiana Visión Mundial, también se manifestó ante la situación migratoria. “Como cristianos, estamos llamados a amar y servir a los más vulnerables entre nosotros, a dar la bienvenida al extraño y a mostrar hospitalidad a los necesitados”, dijo. Además dejo ver su preocupación por el estado de salud de los niños y niñas, quienes están más propensos ha contraer cualquier enfermedad.
Jenkins emitió un comunicado dirigido particularmente a las autoridades de Centroamérica, a quienes les manifestó la necesidad de garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas en tránsito y de prohibir la separación de las personas menores de edad de sus padres, madres o cuidadores. “Hacemos un llamado a la acción conjunta con las iglesias, sociedad civil, empresas y autoridades para la provisión de ayuda humanitaria a este contingente”, agregó el presidente de la organización cristiana.
Por su parte, Mark Tooley, presidente del Instituto de Religión y Democracia, manifestó la necesaria comprensión a estas personas que buscan mejorar su calidad de vida. Dijo que esto incluye la defensa de las fronteras, el estado de derecho y el interés nacional, entendiendo que los beneficios rápidos para algunos pueden impedir ayudar a otros.
Finalmente los voceros de las organizaciones cristianas, adoradores, apóstoles, evangelistas, pastores y demás líderes evangélicos, coincidieron en que la solución ante el problema de la crisis migratoria la tiene Dios, a través de la oración en conjunto el Padre Celestial tocará los corazones de las autoridades y las personas involucradas para poner fin al éxodo y traer paz en las fronteras.
Por Andreina Fersaca