Te has preguntado ¿cuántas cosas has dejado de hacer por no relacionarte con las demás personas?Algunos viven aislados, tienen conocidos de forma ocasional por el trabajo o por alguna actividad específica, pero no tienen una relación, que quiere decir ir más allá de un saludo.
Para relacionarnos de manera exitosa con las personas, debemos en primer lugar tener una relación con Dios, Él será quien nos dará la sabiduría para tener un contacto especial con amigos y familiares. En la vida muchos serán los seres humanos que encontraremos, gente con valores, buenas costumbres y temerosas de Dios, pero también hombres y mujeres con malas intenciones o que no hacen lo correcto ante el Señor. Desecharlas no es la primera opción, debemos hablarles de Jesús para que Él enderece sus caminos, pero no debemos permitir que nos influencien.
Dios transforma a las personas, pero si no nos relacionamos con las personas adecuadas ellas pueden transformar nuestras vidas. “El que anda entre sabios será sabio, pero que se junta con necios saldrá mal parado”. Proverbios 13:20.
Es importante que tengamos una relación intima con nuestro fiel amigo que es Jesús. La relación con Dios se perdió por un hombre, pero por otro hombre se restauró. Jesucristo nos devolvió lo que se había perdido y nos da la oportunidad de relacionarnos directamente con nuestro Padre.
Existen tres tipos de relaciones:
1. Relación contigo mismo: Debemos examinarnos y observar nuestro corazón. Hasta que no cambiemos nuestra estructura interna Dios no nos pondrá bendecir con buenos amigos.
2. Relación con los demás: Vemos a personas que no le habla al vecino, a su familia o terminaron en pelea con el amigo. Debemos pedirle a Dios que quite de nuestras vidas todo lo que no permite que tengamos buenas relaciones. Tal vez orgullo, altivez o algún otro sentimiento que no está alineado a la Palabra.
3. Relación con Dios: De día y de noche es necesaria una comunión con nuestro Padre Celestial. Esta es una relación constante que no debe ser prioritaria en nuestras vidas.
La palabra dice en Génesis 2:18 que no nacimos para estar solos. “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Cuando nos relacionamos aprendemos de los demás, y en la multitud de consejos está la sabiduría.
Al escoger relacionarnos con otras personas, debemos preocuparnos que aquellos que van a influirnos más directamente, sean personas que conozcan y obedezcan al Señor Jesús. Las relaciones más fuertes y perdurables entre dos personas, es aquella en la que ambas están creciendo espiritualmente y están procurando seguir a Dios y hacer Su voluntad. A la medida que los dos personas se acerquen a Dios, se acercarán el uno al otro.
Recuerda siempre que el Señor Jesús es el mejor de todos los amigos. La Biblia dice: “Amigo hay más unido que un hermano” (Proverbios 18:24). Jesucristo mismo es ese amigo y Él debe ser tu más cercano e íntimo amigo.