La perseverancia es la firmeza y la constancia de seguir adelante aun en medio de las dificultades y los retos que se presenten, la perseverancia es clave para una vida estable con el Señor. Cuando perseveramos y damos pasos de fe para lograrlo, nos acercamos más a Dios y llegamos a hacer reflejo de su poder en nuestras vidas.
Perseverar es no rendirse, pero seguir a Jesús no siempre es fácil, porque Él no nos prometió una vida sin problemas y sin dificultades, pero sí nos prometió estar con nosotros en medio de todo. Ser perseverante es seguir predicando el evangelio aun cuando se esté viviendo persecución, es seguir creyendo en sus promesas aun cuando te encuentres al borde de la muerte, es orar aunque no tenga ganas para hacerlo. Es fácil rendirse y dejarse llevar por la marea, pero si perseveramos recibiremos la recompensa que viene del cielo.
Como hijos de Dios perseverar es determinante para hacer el bien y lo que agrada a Dios, en el camino es común que se presenten muchas situaciones que nos quieran apartar y desviarnos del camino, pero con la ayuda de Dios podemos resistir esos ataques del enemigo. Cuando somos perseverantes hacemos lo bueno por amor a Dios, colocamos nuestra mirada solo en Él y no en aquello que quiere distraernos y hacernos caer.
La Biblia nos habla en diferentes textos sobre la perseverancia, su importancia y como esta trae sus frutos:
-No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9
-Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Mateo 24:12-13
-Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:12-13
-Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:16-18
-No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Hebreos 10:35-39
-Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:3-5
Por Rossmary Valladares
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