Hay muchas cosas que para las personas representan un gran valor, entre ellas el dinero, una casa, un trabajo, reconocimiento y muchas cosas más. Sin embargo, hay algo de alto valor e importancia: La Palabra de Dios.
Un cristiano que quiere ver frutos en su vida, necesita atesorar la Palabra de Dios en su corazón. ¿Qué tal si haces el compromiso de formar un hábito cotidiano de leer la Palabra de Dios? Te confieso que antes me costaba crear el hábito de leer la Palabra de Dios, sin embargo, aparté una hora del día en donde sé que estaré sin distracciones, y he logrado formar el hábito. Empieza con cinco minutos, luego diez y así poco a poco vas a querer pasar más tiempo aprendiendo de Dios.
El escritor de proverbios nos invita así: “Si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia, la sabiduría vendrá a tu corazón”, Proverbios 2: 1-2,10.
¿Qué significa atesorar? Significa guardar, escuchar, aplicar, llamar y buscar la Palabra de Dios. “Si la buscas como tesoro escondido” Proverbios 2:4b. Si deseas crecer en conocimiento y sabiduría del Señor esto requiere tiempo y compromiso. Dedica un tiempo habitual para leer y estudiar la Biblia y agrégalo a tu agenda como un compromiso importante.
Dios nos promete que entenderemos su temor y hallaremos su conocimiento, pues, él es quien da la sabiduría, el conocimiento, ayuda y protección. Además, promete cuidar el sendero de los justos y proteger su camino. Te librará del camino de los malvados, de los que profieren palabras perversas. ¡Cómo no atesorar su hermosa Palabra!
Para conocer cómo es en realidad una persona solo tienes que ver cómo se expresa, pues lo que está atesorado en tu corazón tarde o temprano se manifiesta en los labios. Así que, ten cuidado con lo que ves, lees y piensas. Llena tu corazón con cosas sanas y siempre tendrás buenos pensamientos, palabras agradables que decir y darás buen fruto.
Si eres de las personas que te cuesta mucho leer la Biblia, habla con Dios y dile que te ayude cada día a invertir tiempo con él y aplicar las enseñanzas de su Palabra en tu vida. Él no menosprecia un corazón sincero que clama por su ayuda.
Guarda y atesora la Palabra de Dios en tu mente y corazón
El libro de Joyce Meyer, El Campo de Batalla de la Mente nos enseña lo beneficioso que es pensar continuamente en la Palabra de Dios. Mientras más tiempo pasa una persona meditando en la Escritura, más cosechará de la Palabra. De igual manera, relata que mientras más tiempo pasamos pensando en la Palabra, lo que leemos y oímos más poder y capacidad tendremos para cumplirla; más conocimiento se nos revelará acerca de lo que hemos leído o escuchado.
En el Salmo 119:11 David dijo: “En mi corazón atesoro y guardo tus dichos, para no pecar contra ti”.
David nos muestra un gran ejemplo sobre cómo él guardaba y atesoraba la Palabra de Dios en su corazón. Cuando cometía pecado buscaba el perdón de Dios. Él amaba al Señor y sabía cómo agradar a Dios porque atesoraba sus enseñanzas en su mente y corazón.
Por eso, cuando nosotros atesoramos como un tesoro valioso en nuestro corazón cada enseñanza de su Palabra, el Espíritu Santo nos revela eso que aprendimos y nos ayuda en momentos que lo necesitamos. Ya ves porque es tan importante que estudiemos, meditemos y memoricemos su Palabra, ella es y será lumbrera a nuestro camino. ¡ATESORA SU PALABRA en tu corazón!
Por Rossmary Valladares