Cuando se trata de provisión de necesidades el ser humano maneja dos ciclos. En primer lugar, cuando los padres se encargan de ser proveedores de casa, es decir los encargados de trabajar y llevar el sustento al hogar. En segundo lugar, cuando a los hijos les corresponde asumir el rol y son ellos los que ahora buscan la provisión y cumplen con la Palabra de honrar a padre y madre.
Quien tenga la responsabilidad de proveer para su familia debe hacer con dos actitudes fundamentales: la fe y el corazón generoso, cuidando no caer en un lenguaje de queja que lo que genera es perder la bendición y el agradecimiento a Dios por lo que tenemos.
La fe: Es necesario reconocer a Dios como la fuente de todas las cosas, es decir es nuestro Señor Jesucristo el dador de todo lo que anhelamos, él conoce las necesidades de nuestro corazón y nos entrega esa bendición conforme sea su voluntad. “Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”. 2 Crónicas 20:20
Creer es la principal actitud para que logremos la provisión necesaria para nuestra casa. Sin fe es imposible agradar a Dios. En la Biblia existen muchos versículos que nos enseñan que “Jehová es nuestro pastor y que nada nos faltar”, y que además es nuestro único proveedor. Dice Filipenses 4:19 “Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.
Corazón generoso: Dios todo lo sabe y conoce hasta lo más profundo de nuestro corazón. Otra de las actitudes para alcanzar la provisión de parte de nuestro Padre Celestial es tener un corazón bondadoso, dispuesto a dar conforme demanda la Palabra del Señor. “El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado”. Proverbios 11:25
Jesús en su caminar por la tierra nos enseñó sobre la importancia de dar y de ser agradecido, es decir trabajar para tener un corazón libre de tacañerías y lleno del amor del Señor. “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes». Lucas 6:38
Por Andreina Fersaca