El estado de ánimo en el que sientes satisfacción por algo que tanto deseas, o ese palpitar acelerado en el corazón por una situación esperada se llama felicidad, y es justo ese sentimiento que muchas personas no experimentan a diario porque no saben cómo alcanzarla, y a pesar de que lo han intentado no logran ser felices.
Se trata de trabajar para satisfacer las principales necesidades de la naturaleza humana, una pareja, los hijos, la familia en general, el trabajo, la economía, la salud y otras áreas de la vida. El hombre cristiano debe ser una persona completamente feliz, y la razón es porque tiene conocimiento de la Palabra, es decir tiene la certeza de que la felicidad viene de Dios y él está allí para satisfacer todas las necesidades.
Es importante entender que sin Dios no hay felicidad, tenemos que tener a Jesús es nuestras vidas, el traerá restauración, paz y amor a nosotros, pero debemos anhelarlo y conocerlo. Solo Él nos entregó el Espíritu Santo para que permaneciera en nosotros siempre. Tal vez te sientes culpable o indigno, tu Padre Celestial es misericordioso y derramó su sangre en la cruz del calvario por amor, para hacerte libre de culpas y de condenaciones. Medita en la Palabra de Dios y memoria estos versículos:
· Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:16-18
· Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. Romanos 12:12
· Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos. Sofonías 3:17
· Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. Salmos 94:19
· Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. Salmos 16:11
Por Andreina Fersaca